Como historiador, Jesús Gómez Serrano ha estado cerca de diferentes fenómenos y circunstancias que delimitan los rumbos que ha tomado el estado y uno de esos es el agua y su distribución, desde su perspectiva, hay actualmente métodos que serían soluciones de fondo, sencillas de aplicar, pero costosas y que requieren de muchas negociaciones, situación que según el académico, no es nada grata para los políticos.
Consideró que no existe una solución definitiva, pero sí alternativas que pueden aplicarse para atacar de raíz el problema de la falta de agua, pues los problemas comienzan desde la forma en que se plantea la distribución del vital líquido, tanto para las actividades agrícolas, como para el consumo humano, las industriales y demás.
El investigador dijo que una de las deficiencias se encuentra en la infraestructura que se tiene para la captación de agua de lluvia que no es suficiente, ni la más adecuada. En cuanto al uso de agua para la zona rural, comentó que ojalá la rehabilitación del distrito de riego rinda los frutos que ellos buscan, porque anteriormente se desperdiciaba mucho líquido vital en el proceso, por evaporación, fracturas en los canales de conducción y sin duda, existían tomas clandestinas que también mermaban la capacidad de abasto.
Aunque sí existen obras para el tratamiento de aguas, también hizo un señalamiento al respecto, pues a la fecha todavía hay una buena proporción de aguas grises y negras no reutilizadas, a eso le sumó el desperdicio de líquido potable a razón de las fugas en las tuberías que abastecen a la ciudad, “aunque no tengo estadísticas y si se han hecho reparaciones, también faltan otras zonas por renovar”.
En cuanto al tratamiento del agua, quienes también pueden sumarse al esfuerzo son las personas de altos recursos económicos que tienen casas grandes y jardín con pasto inglés que requiere mucho líquido, y los propietarios de las fincas no tienen sistemas para tratamiento de agua.
“Es un crimen, ya ni siquiera es una cuestión de costo que tampoco pagan, lo que cuesta esa agua para regar estas zonas porque es un recurso escaso”.
Primer deben satisfacerse las necesidades primarias de la población y después pensar en la distribución para otras acciones secundarias, por eso para regar los jardines, deberían por ley exigirle a las personas que tengan pequeños sistemas para captación y tratamiento de aguas, sin contar el agua de lluvia, podría captarse alrededor de uno o dos metros cúbicos al día, entre el agua de la regadera, del fregadero y de la lavadora.