Después de la polémica por la propuesta de la emisión del voto en blanco, la diputada federal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Lorena Martínez Rodríguez, dijo estar en contra de esta postura porque “es la renuncia a la posibilidad de poder influir en la toma de decisiones”.
Aunque un cierto número de votos en blanco serían una incomodidad tácita hacia todos los partidos políticos, “puede eventualmente hacer un llamado de atención a los diferentes actores políticos pero no va a influir de manera determinante en una modificación a futuro, a final de cuentas será un voto desperdiciado”, indicó.
De forma contraria recomendó a la sociedad civil que la exigencia venga a partir de la votación en sí misma, porque “para cualquier partido es mucho mas importante recibir un voto a favor que un voto de castigo que un voto en blanco”, reiterando que el mecanismo no es en si el más idóneo para el desarrollo de la democracia mexicana.
Indicó que el Partido Acción Nacional (PAN) está apostándole a una campaña de polarización, donde la característica esencial sea el desprestigio y que lleve a la idea de consolidar las campañas que se realizaron en el 2006, periodo en el que la población se aleje en un momento dado de las urnas, puntualizó.
Comentó que la confrontación como tal la ha realizado el PAN, no invita de forma definitiva al voto, “de alguna manera sí creo que hay una apuesta no velada, sino directa a poder ganar con el voto cautivo que se tiene a través de los programas sociales”, señalando la movilización del voto corporativo a traces de instrumentos del gobierno federal.
Estas prácticas, le parecieron de alto riesgo porque el equivocarse costará muy caro, debido a que en una contienda de baja participación lo que puede suceder es que cualquier instituto político logre el triunfo, abriendo amplias ventajas para los partidos con más estructura entre sus militantes, “fundamentalmente al PRI y al PRD (Partido de la Revolución Democrática)”.
Subrayó que uno de los retos mexicanos es el incremento de la calidad democrática, considerando que la estrategia panista no tiene esta característica esencial y circula en un sentido contrario, cuando debería de funcionar en base a la conciencia ciudadana.
Por último, argumentó que el PRI está apostándole al voto individual de los militantes, sin dejar de reconocer que el partido nació a partir de los intereses de las organizaciones, contando con fuertes alianzas con las grandes centrales obreras, “nuestra presidenta ha dicho que el PRI está replanteando una alianza con el sector obrero del país”, esto bajo un esquema nuevo en el que se defienda de forma auténtica los intereses de los trabajadores.
Argumentó que tendrá que re legitimarse al partido con los sindicatos para “moverse hacia la profesionalización y transparencia de recursos de los sindicatos”, anticipando que no se pueden fortalecer las relaciones con los sindicatos de siempre, “hay que impulsar una actitud de una nueva cultura laboral y de respeto a la militancia de los partidos”.