firma el viejo refrán: “En boca cerrada no entran moscas”. Y vaya que ahorita hay millones de estos bichos sobrevolando la capital termapolitana. Súmenle el dengue y el AH1N1. Y del VIH ¿quién se acuerda? ¿Acaso los cientos de muertes por SIDA en el estado no ameritan una campaña masiva de reparto de condones? ¿Por qué no ponen dispensadores de lubricante, distribuyen volantes con información sobre sexo seguro y transmiten spots en tiempos oficiales?
Pero ya me acordé… estamos en Aguascalientes. La tierra donde se reconoce la homosexualidad como parte de su tradición en los murales de Palacio de Gobierno –aunque con estereotipos- pero que son inexistentes para la ley. La ciudad que elogia el arte de Enrique Guzmán –el pintor, no el cantante- pero que no se atreve a reseñar el erotismo masculino en su obra. Un estado que se compró con ¿un beso? puede jactarse de su hipocresía.
Quiero aplaudir a esta casa editorial, La Jornada, quien a diferencia de otros medios sí atiende la agenda de la diversidad sexual y le asegura un público cautivo de gente librepensadora. Aunque hay que reconocer que a los distintos actores sociales aún están muy lejos de entender que es tiempo de los nuevos derechos, de la igualdad real y total, por lo menos en la ley.
1.- La semana que concluye abarcó varios temas dignos de consideración en relación al sector gay. Se abordó el tema de las sociedades de convivencia, que hay que aclararle al diputado Jesús Martínez que no es igual a matrimonio gay y que sí es un asunto de derechos humanos, la comisión que el preside. Ojalá nunca tenga la necesidad de ser dependiente de alguien ajeno a su familia o que otra persona necesite de él y que ante la ley no exista esa relación (amistad, solidaridad, padrinazgo, etc.), mucho menos para garantías sucesorias. Para no ofenderlo ni meterme en su vida privada, no mencionaré el origen de su apodo. Me dirán que todo se arregla con un testamento o convenio, pero ¿qué acuerdo no es impugnable en México?
2.- Marcela Martínez Roaro, sexóloga a quien respeto ampliamente, declaró que los gays no queríamos o no teníamos por qué buscar una institución tan arcaica como el matrimonio. ¡Disiento! Quizás pocos nos animemos a casarnos al principio, pero ¿qué los derechos no deberían ser para todos y así tener el libre albedrío de ejercerlos o no? Si a los legisladores les causa escozor por la concepción judeocristiana ¡póngale otro nombre! pero los homosexuales, lesbianas, trans, intersexuales, bisexuales queremos tener la posibilidad de reconocimiento oficial para seguridad social por o para nuestra pareja, créditos mancomunados, el reclamo de alimentos y ¿por qué no? La opción de adoptar hijos. Por supuesto, se generarían también obligaciones.
3.- El alcalde de San Angelo, California, renunció a su cuarto período no porque reconoció que tenía a un hombre como pareja, sino porque este es un indocumentado. J. W. Lown anunció que se dedicará a tramitar la visa para su novio mexicano, lo cual no es imposible, aunque sí difícil. Ya en otra entrega les contaré como algunos aguascalentenses buscan el asilo humanitario o político en EEUU y Canadá por su orientación sexual, con el principal argumento de la discriminación, estigma y agresiones que sufren en esta “mocha” región.
4.- En Veracruz, el PRI inició una estrategia de campaña con el mensaje: “para el PAN eres un joto, para nosotros eres más que un voto”. No es una mala idea, pero debe traducirse en congruencia y persistencia. La principal crítica de la comunidad gay es que se les busque sólo para una elección. Políticamente, se pueden promover acciones sencillas como la reforma a los códigos municipales para quitar frases como “moral y buenas costumbres” que por su ambigüedad, permiten toda clase de tropelías sobre todo contra trabajadores sexuales, travestis, transexuales y transgéneros o por manifestar gestos de cariño, como un beso o tomarse la mano.
5.- No se equivoca Nora Ruvalcaba al promover las uniones entre personas del mismo sexo. Le sugiero a la legisladora que revise la ley que permitió el Pacto Civil de Solidaridad en Coahuila -legislación más aventajada en garantías sociales que las Sociedades de Convivencia- y ya de paso el caso español, donde Zapatero ordenó que remplazar las palabras “la unión entre una mujer y un hombre” por “entre dos personas”.
6.- Antes de que peguen el grito en el cielo ¿no cuestionaban hace medio siglo el voto femenino? Y luego de los incidentes en China y Sudamérica ¿verdad que no es bonito sentirse discriminado sólo por ser mexicano? Yo mejor me tapo la boca, no sea que me salpiquen de intolerancia. n
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