Era la tarde del domingo 26 de abril y dos hombres custodiaban la puerta cerrada de la Casa de la Cultura donde estaba programada para El Cuartel del Arte, la intérprete Jaramar Soto. Su presentación, al igual que una variedad de actividades de diferentes foros, habían sido clausuradas, al igual que toda la Feria Nacional de San Marcos, por la alerta sanitaria de la influenza.
Fue de un momento a otro que el gobernador del estado, en rueda de prensa, dio a conocer la noticia. En el Instituto Cultural de Aguascalientes, los coordinadores de cada uno de los foros, se encontraban en reunión o al menos, eso dijeron los hombres que cuidaban la puerta cerrada.
Con esta cancelación se afectó no sólo la economía de los comerciantes, el casino, el palenque, los toros, sino también los artistas y el mismo instituto; pero en aquel momento habían de seguirse las recomendaciones, pues preservar la salud de la población, estaba por encima de cualquier manifestación de divertimento o cultura.
Los funcionarios de la institución cultural aprovecharon estos días para tomarlos como un descanso ya que, generalmente luego de la feria, por la carga de actividades, de todas formas toman unos días. Al regreso, el primer tema puesto sobre la mesa para el análisis, fue el recuento de los daños y las alternativas para reprogramar la mayor cantidad de actividades que fuese posible.
Los coordinadores de los diversos foros hicieron su trabajo y por su parte, Víctor González Esparza, director del ICA, hizo lo propio para pactar con el gobernador, el reprogramar 70 eventos, entre obras de teatro, conciertos y el Festival de Títeres, y algunos otros que tendrán lugar entre el mes de julio y el resto del año, ya sea de manera independiente o como parte de alguno de los festivales que se realizarán durante lo que resta del 2009. A la fecha, las autoridades no han dado una cifra en cuanto a las pérdidas económicas que implicó en el ámbito cultural, la cancelación de la feria.
En el gremio de los artistas, estos coincidieron en que los daños fueron medianamente perjudiciales, aunque sí hubo desilusión por parte de quienes tenían alguna presentación lista para estos días y tuvieron que olvidarse del foro, como fue el caso de la banda de jóvenes Doberman Blues, que en su momento lamentaron no haberse presentado, pues habían ensayado y tenían muchas ganas de salir al escenario, porque no tocaban en Aguascalientes desde noviembre pasado.
Para quienes tuvieron actividades durante la feria, pero “alcanzaron a librarla”, el panorama fue distinto. Ellos argumentaron que, finalmente, los artistas trabajan todo el año y no solamente durante el período ferial, por lo que la clausura sin duda afectaba, pero en menor escala, pues ellos tendrían que continuar con su actividad creativa.
En lo que se refiere a la reanudación de actividades en los talleres, principalmente para niños, también tuvieron cambios a razón de la influenza. En el caso de Los Arquitos, el ausentismo al regresar del “período vacacional” fue notorio y la instancia, sin excepción, aplicó las mismas medidas de seguridad e higiene que habían sido prescritas para las instancias de educación básica.
Para el programa de educación artística PROARTE, la única restricción fue no hacer presentaciones del grupo de teatro y música de manera masiva, porque congregar a los niños resulta peligroso; las presentaciones de estos proyectos serían en los salones de clases de los pequeños.
Fuera de este periodo de “interrupción”, escritores, funcionarios y artistas en general coincidieron en que la función debe continuar y ellos, desde sus trincheras, seguirán dando de que hablar, a través de la realización de su trabajo en pro de la difusión de la cultura.