La Secretaría de Hacienda volvió a ajustar su proyección de caída de la economía mexicana para 2009 a 5.5 por ciento, desde la anterior previsión de 4.1 puntos porcentuales.
El titular de la dependencia, Agustín Carstens, dijo que el ajuste fue motivado por el desplome de 8.2 por ciento en el producto interno bruto (PIB) durante el primer trimestre del año. También incluye un impacto de 0.3 por ciento por la epidemia de influenza humana.
Precisó que no obstante que en estos momentos el grado de incertidumbre asociado a la actualización de las variables económicas es muy alto, resulta imprescindible hacerlo. Se refirió a que debido a la variación anual de la producción industrial al primer trimestre de este año de 9.9 por ciento, más el desplome de 8.2 por ciento del primer trimestre dado a conocer ayer por el Inegi, se tiene que revisar la estimación del PIB de 2009 para ubicarse en 5.5 por ciento, aproximadamente.
Al participar en la 65 asamblea de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana, el funcionario insistió en la necesidad de realizar reformas estructurales que permitan impulsar el crecimiento económico a partir de 2010, que no será un año fiscalmente tan holgado como el actual.
Reconoció que las finanzas públicas ya tienen un boquete de 300 mil millones de pesos, que se buscará subsanar con recortes al gasto público sin afectar los programas contracíclicos ni recurrir a un mayor endeudamiento, porque nos puede salir más caro el caldo que las albóndigas.
Se busca, dijo, que el gobierno contribuya lo más posible a impulsar la recuperación de la economía sin poner en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas. Pero además, insistió Carstens, es muy necesario acordar una buena agenda para que en la segunda mitad del año podamos llevar a cabo reformas estructurales adicionales que nos permitan aprovechar mucho mejor la época de recuperación económica en el mundo y que nos permitan recuperar el terreno que hemos perdido como consecuencia de esta gran recesión mundial.
Pese a la caída económica y a los menores ingresos del sector público, indicó, se continuará con el plan de gasto público y apoyos que ya suman alrededor de 120 mil millones de pesos.
Aun con esa aclaración, los empresarios dedicados al comercio exterior plantearon al titular de Hacienda la posibilidad de profundizar los apoyos mediante facilidades fiscales o prórrogas para el pago de impuestos.
Con su respuesta, Carstens atajó cualquier intentona: Nos gustaría seguir apoyando en materia fiscal. Sin embargo, la situación fiscal del país también ha tenido un impacto de la crisis. De hecho, con este último esfuerzo que hemos hecho como resultado de la epidemia (de influenza humana) se están dando impulsos que ya suman cerca de 40 mil millones de pesos. Si tomamos en cuenta las medidas en materia de contribución al IMSS, tanto la parte de diferimientos como de descuentos, la parte de ISR y IETU, la compensación que se está permitiendo, todos los ingresos que estamos perdiendo y que no vamos a recuperar, los incentivos que les estamos dando a los estados para que reduzcan algún tipo de impuesto local, apoyos a la aviación y sobre todo un programa muy agresivo de financiamiento, suman estos 40 mil millones de pesos, un impulso fiscal que viene asociado con la estrategia contracíclica que tenemos en marcha desde inicio del año que suman otros 120 mil millones de pesos.