Es urgente reactivar el hueco que dejó el Consejo Estatal de la Crónica, pues no hay otra instancia que se encargue de las actividades culturales que ellos realizaban. Será importante que el Congreso del Estado proponga nuevamente la convocatoria y el Gobierno del Estado autorice y afiance el proyecto, comentó Salvador Camacho Sandoval, quien fue miembro del consejo desde su fundación, en el año 2001.
El consejo estaba integrado por Octavio Arellano, Carolina Castro, José Luis García, Víctor Manuel González, José Antonio Gutiérrez, Carlos Reyes Sahagún y Salvador Camacho.
Durante su gestión, tenían un programa de radio, uno de televisión, vinculación con líderes de diversas organizaciones sociales y culturales; también hicieron algunas gestiones para rescatar el patrimonio ferroviario, estuvieron en contacto cercano con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizaron publicaciones y demás acciones encaminadas a coadyuvar a las labores culturales de las demás instancias existentes.
La intención de crear el consejo nació luego de la muerte del maestro Alejando Topete del Valle que había dedicado su vida al estudio de la historia de Aguascalientes, lo cual lo convertía en una autoridad en esta materia, además de que tenía vínculos importantes con los gobiernos y estaba atento a las necesidades de promoción de la historia local.
“En aquel tiempo no existía un grupo de egresados universitarios profesionalizados en la historia, pero cuando el maestro murió, las condiciones ya eran distintas”.
Una de las intenciones al crear el consejo fue tener un grupo de jóvenes interesados en investigar y publicar, y que sólo les hacía falta vincularse con la sociedad y el gobierno. “Era una visión distinta de lo que puede hacer un cronista, era un trabajo colectivo, que se renovaba con periodicidad y con el respaldo de una institución que tenía ya un plan de trabajo”.
La experiencia de inicio fue muy interesante porque en la selección de aquellos primeros integrantes del consejo había una variedad en cuanto a gustos e intereses, y finalmente fue un grupo que trabajó a pesar de las diferencias; incluso hubo quienes creyeron que no iba a funcionar o que debía volverse a la figura de un cronista único, pero a la larga comprobaron que es más enriquecedor hacer el trabajo en conjunto.
Poco antes del inicio de la gestión de Luis Armando Reynoso Femat como gobernador, el consejo venía un poco debilitado, pero fue el olvido de esta administración lo que terminó por darle el tiro de gracia. “Con los cambios de gobierno no se le dio importancia, y el actual gobernador no fortaleció el consejo, terminó el periodo de la mesa directiva y ya no hubo continuidad”.
Una pregunta que Salvador dejó al aire fue, hasta qué punto influyó el desinterés del Instituto Cultural de Aguascalientes o del Gobierno del Estado en sí mismo, para que este proyecto perdiera continuidad.
Fue claro al emitir su juicio sobre la urgencia de revitalizar este organismo cultural, “me parece que el mundo de la cultura debe tener una prioridad: el fortalecimiento de la identidad, sin caer en chauvinismos”.
Un consejo que tenga como reto la promoción del patrimonio cultural, asumir desafíos ante la pluralidad de la cultura, la reivindicación de expresiones juveniles, así como de la artesanía.
La reactivación del consejo de la crónica traería la posibilidad de enseñarle a los niños, desde pequeños, el sentido de pertenencia, que conozcan su historia, además de tener un espacio para la reflexión académica de cómo se ha transformado la cultura en la ciudad, la migración y otros tantos fenómenos, que por falta de alcance no pueden cubrir otras instancias.
El académico fue muy enfático al referirse a que el congreso es quien tiene la obligación de lanzar una nueva convocatoria para hacer una lista de posibles integrantes y que el gobernador a su vez vea la forma de dejar esta agrupación instalada y consolidada para que trascienda el cambio de gobierno.