Las Venas Abiertas de nuestro Pasado - LJA Aguascalientes
14/11/2024

De enorme significado y trascendencia me pareció que en la Quinta versión de la Cumbre de las Américas, celebrada hace unos días en Puerto España, el presidente venezolano obsequiara a su contraparte estadounidense un ejemplar del libro Las Venas Abiertas de América Latina. El libro escrito por Eduardo Galeano, pensador universal de origen uruguayo, levantó ámpula y grandes controversias cuando vio la luz en el año 1970. Objeto de persecuciones por la censura que muchas veces justificó la desaparición de gente, la obra se fue convirtiendo, a fuerza de su propia coherencia e integridad intelectual, en un referente fundamental para el comprometido estudiante de las realidades de nuestro continente. Historia del saqueo de América Latina, que muestra cómo funcionan los mecanismos actuales del despojo, desde los conquistadores en carabela hasta los tecnócratas en jet, proyecta al tiempo presente las razones detrás de la colisión entre las distintas visiones para el futuro continental: el foxiano-bushiano ASPAN y el latinoamericanista ALBA.

La señal enviada con el obsequio debió cimbrar conciencias en México, si es que después de varias décadas de adoctrinamiento neoliberal aún existen, cuando apenas unos días antes, en una visita de intrascendente cortesía a nuestro país, la zalamería hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca le garantizara el uso y abuso de nuestras riquezas humanas y naturales a la economía norteamericana.

“La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder”, denuncia de entrada en su trascendental obra Eduardo Galeano. “Cuanta más libertad se otorga a los negocios, más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios” añade más adelante cuando cita a Covey T. Oliver, coordinador entonces de la Alianza para el Progreso, quien afirmaba en 1968: «hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización…». Lapidarias palabras de hace 40 años que otorgan hoy, como patente de corso, a protegidos del sistema el inefable permiso de la autoridad para atracar productores nacionales, consumidores y usuarios de servicios financieros, como si fuesen naciones enemigas.

Si bien a nivel de la Cumbre continental quedó abierta la posibilidad de que eventualmente se pudieran reorientar las visiones divergentes hacia una tercera vía de acuerdo, a nivel nacional las condiciones socioeconómicas y de nuestro marco jurídico aún hacen ver distante un cambio. Galeano recuerda la procaz subordinación de los gobiernos nacionales, cooptados con parte de los caudalosos manantiales de ganancias extraídos de los mercados internos dominados, hacia el poder económico del exterior. “La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista ahoga los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo, y simétricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes -dominantes hacia dentro, dominadas desde fuera- es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga”.

La historia contada en Las Venas Abiertas de América Latina, pone en la dimensión del fatídico presente, el nefasto poder que ejerce el sistema bancario para expropiar privatizando legalmente la capacidad de recuperación de la economía local, a través de la ordeña de hasta la última gota de la liquidez en manos del público consumidor.

De manera totalmente contraria a la estrategia económica del imperio para recuperarse de su crisis, basada en la reducción de las tasas de interés, en México se protege hasta la ignominia el derecho de unos pocos de esquilmar las capacidades de sobrevivencia de muchos. Las venas abiertas en el presente, se mantienen abiertas gracias al sistema financiero-monetario. La evidente protección de la clase dominante/dominada desde fuera a dicho sistema se hace patente en un hecho reciente. Con un sencillo jalón de orejas se anuló la torpe intentona de un senador del PAN por controlar las tasas de interés. Y mediante una más reciente estrategia del principal partido opositor, se busca lograr desde el Senado un acuerdo para lograr una tibia regulación de comisiones sin tocar el origen de la enorme e injustificada transferencia de recursos: las tasas de interés.

Ante la injusticia del sistema, la clase dominante/dominada juega y permite la representación sólo de batallas teatrales y acuerdos de bisutería. Las propuestas y medidas tomadas inciden únicamente sobre las consecuencias del sistema: la precariedad, la pobreza, la falta de oportunidades, la destrucción del medio ambiente y los medios de subsistencia. La tecnocracia desprovista de base histórica y cultural se ha concretado a maquillar y mediatizar estas consecuencias de un sistema injusto desde su origen. La pobreza intelectual y de propuesta económica, desprovista de referencia experiencial colectiva y que ha sido inducida en nuestros centros de estudio e instituciones de educación superior, asegura la falta de acción en las causas. De allí la importancia que Chávez haya dado a Obama el valioso documento con nuestra historia común y reciente. La historia, dice Galeano, “es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.”

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