A través de un comunicado de prensa, la diputada federal priísta Lorena Martínez manifestó de manera tajante su rechazo a los calificativos que ha hecho el ex presidente Vicente Fox al Congreso de la Unión en los últimos días, señalando que desde la LVIII Legislatura hubo desacuerdos entre el Poder Legislativo y el ex presidente. Agregó que las cuentas públicas del 2002 al 2004 del sexenio foxista no fueron aprobadas debido a que existen una serie de irregularidades, entre las cuales destaca de manera grave el desvío de recursos del gobierno hacia la Fundación Vamos México presidida por Martha Sahagún
En el mismo orden de ideas, Lorena Martínez dio a conocer que se detectaron también anomalías en el Fideicomiso Público de la Lotería Nacional para al Asistencia Pública donde se presentan debilidades de control interno en el proceso del otorgamiento de los donativos y en su respectivo seguimiento.
El importe de irregularidades encontradas en dicho capítulo fue de 71.7 millones de pesos por conceptos que se observaron en la aplicación de los donativos, de los cuales 30 millones de pesos corresponden a probables recuperaciones y a donativos otorgados a 24 instituciones y asociaciones que presentaron anomalías.
En la cuenta pública del ISSSTE, CFE, PEMEX y LFC, se detectó que estas instituciones incumplieron con la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal, al ejercer recursos presupuestarios no autorizados por montos de 590.1; 422.4; 175, y 91 millones de pesos respectivamente.
El monto total de recursos presupuestales ejercidos sin autorización asciende a 1,278.5 millones de pesos, los cuales, matizó la legisladora priísta, no necesariamente implican recuperaciones o daños a la Hacienda Pública Federal.
En lo que respecta a BANOBRAS, entre 1997 y 2002, se emitieron y asumieron pasivos bancarios avalados por el Gobierno Federal, que a diciembre del 2002 sumaron 143 mil 442 millones de pesos, los cuales no fueron revelados de manera oportuna en la Cuenta Pública 2002.
En el caso de PEMEX, la paraestatal no registró en su contabilidad ni presentó en su información financiera como deuda el saldo por 185,669.5 millones de pesos de los recursos obtenidos a través de los fideicomisos con los que financió proyectos en operación y obras en proceso hasta el 2003, que sin ser PIDIREGAS la empresa había venido considerando como tales.
