Los ocho casos de influenza porcina que fueron detectados en las últimas semanas en territorio estadunidense no fueron determinantes para modificar el nivel de alerta epidemiológica que la Organización Mundial de la Salud mantiene en el nivel tres en una escala del uno al seis, con todo y el espectacular anuncio que José Ángel Córdova Villalobos dio a conocer a la opinión pública en las últimas horas, al afirmar que la OMS determinó pasar a la fase cuatro la contingencia sanitaria que sufre México. Lo que no dijo el secretario de salud es que esta medida se formuló más por razones de credibilidad y no de prevención. El gobierno usurpador encontró una extraordinaria oportunidad para atemorizar a la nación mexicana en contubernio con el capitolio, después de la visita de Barack Obama, y desatar una de las más perversas campañas de terror en la historia de México que ha logrado impactar a la sociedad en su conjunto, ante la incompetencia e ineficacia para resolver los grandes problemas del país. El uso del miedo para imponer el estado de excepción se transformó en la más eficaz herramienta de los usurpadores. Magnificar el brote de influenza porcina aparecido en distintos puntos de la República Mexicana y darle la categoría de pandemia, le ha dado al gobierno calderonista la mejor de las conjeturas para trasladar a un segundo plano el tema del narcotráfico y evitar con la “emergencia sanitaria” las protestas que la clase obrera tenía preparadas para el desfile del primero de mayo. La peor amenaza porcina no es precisamente la nueva y extraña cepa de gripe al servicio del espanto blanquiazul, sino la complicidad de los cerdos que en el ejercicio del poder público contaminan las políticas y corrompen las instituciones de la República. Es del dominio público internacional que países cono Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba, Chile y Perú entre otros, tienen años con sistemas de diagnóstico eficaces y medidas de prevención para enfrentar los problemas causados por la influenza tipo A y sus distintas mutaciones. Sin embargo, el golpe mediático ya causó los efectos esperados en la antesala de la elección federal, gracias al petate de una epidemia bajo la cual se tratan de esconder las más de 10 mil defunciones atribuidas al pelelato en su guerra perdida con el narcotráfico, aunque la realidad muestre la patética imagen de un gobierno que está mintiendo al país en relación a la situación que guarda la salud de los mexicanos en momentos en que en los hospitales mexicanos mueren más por enfermedades curables que por la terrible influenza. A la gripe aviar aparecida en China y al mal de las vacas locas de Inglaterra se suma la influenza porcina de México, convertida, hoy por hoy, en el show de los cubre bocas blanquiazules que seguramente terminará en un reconocimiento nacional que el PRIÁN brindará al pelele por “salvar a la nación mexicana” del más grave peligro que México haya experimentado a lo largo de su historia y que gracias a sus medidas de prevención se evitaron millones de muertes. Al gobierno usurpador, a los salvadores de la patria tendremos que edificarles un monumento que recuerde la patriótica hazaña por evitar la muerte de un pueblo rescatado del infierno porcino. Todos aquellos que enfermen de este terrible mal, ya no tendrán que preocuparse, porque el sector salud ya hizo curable, de la noche a la mañana, esta seria amenaza con olores de pan…demia.