¿En serio las autoridades y la población en general se creerán que el servicio médico social alivia eficientemente los males y la enfermedad de la comunidad? Pues por si hay todavía alguno que lo crea, mejor será que lea las siguientes historias.
Omar necesita un psicólogo y un psiquiatra pues la depresión por el fallecimiento de su hijo le ha dejado inutilizable. Aída se fracturó un tobillo, Carla lleva ya varios meses con severas hemorragias. Rubén está entumecido desde hace un mes y medio y aún nadie le ha podido diagnosticar la causa de su mal.
Se supone que tenemos derecho a la salud y como enfermos debemos tener una atención médica digna oportuna, certera, eficiente y satisfactoria. Hasta se presume ahora de los derechos del enfermo. Sin embargo, esto no se logra adecuadamente, en especial en las instituciones de servicio médico social, debido a una serie de factores que deterioran la calidad en la atención de los pacientes, entre muchas otras están, por ejemplo:
-La disminución de los recursos en las unidades hospitalarias.
-Las dificultades para la subrogación de medicamentos no abastecidos o fuera del cuadro básico.
-Las dificultades para la subrogación de consulta por especialidad no abastecida por falta de especialista o largas listas de programación que obstruyen el servicio adecuado.
-Largas listas de programación de intervenciones quirúrgicas.
-La carencia de equipos y del material para la atención adecuada.
-La disminución del poder adquisitivo de los salarios del personal de salud.
-La falta de capacitación del capital humano tanto para actualización como para el trato digno con el paciente.
Los derechos de los pacientes son diversos, sin embargo, la legislación es ambigua, en este caso sólo se comentan dos de los 10 derechos de los enfermos.
1.- RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA ADECUADA
Normado en la Ley General de Salud, artículos 51 y 89
Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica, artículos 21 y 48.
El paciente tiene derecho a que la atención médica se le otorgue por personal preparado de acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las circunstancias en que se brinda la atención; así como a ser informado cuando requiera referencia a otro médico.
Aquí cabe resaltar ¿Qué se entiende por circunstancias, en qué se brinda la atención?, ¿acaso se especifica el tiempo y forma? La única forma de poder acceder a una consulta inmediata es por la vía de urgencias, ya que los servicios médicos de tipo social están sobresaturados, debido a múltiples causas, entre otras, la merma en los salarios de los trabajadores, por lo que no pueden acceder a la clínica privada.
2.-RECIBIR UN TRATO DIGNO Y RESPETUOSO
Normado en Ley General de Salud, artículos 51 y 83
Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica, Artículos 25 y 48.
El paciente tiene derecho a que el médico, el enfermero y el personal que le brinden la atención, se identifiquen y le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones personales y morales, principalmente relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera que sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los familiares o acompañantes.
En este caso, ¿no sería interesante conocer qué se entiende por trato digno y respeto a las convicciones personales? Muchas veces la gente dedicada a dar alivio y salud no está capacitada para hacerlo, quizá lleven muchos años estudiando nuevas técnicas y a base de convivir con los libros, se han olvidado de lo esencial, que su materia se aplica sobre seres humanos vivos y no sobre maniquíes plásticos. ¿En dónde esta la cordura?, ¿qué pasa con la ciencia médica?, ¿por qué se insensibilizaban de ese modo quienes deberían ser más sensibles al dolor?, ¿dónde ha quedado el juramento Hipocrático de dar un servicio para beneficio de la humanidad? Y esto sucede no sólo en el caso de algunos de los doctores pues el servicio se completa con servidores públicos (enfermeros, personal administrativo, personal de vigilancia, técnicos laboratoristas o radiólogos, personal de intendencia y secretarias entre muchos otros), que en definitiva padecen de petulancia crónica.
Imaginemos un caso, una fractura o un esguince, la única forma de ser atendido es entrando por urgencias, la sala está atiborrada, no hay un solo lugar desocupado, ¿en dónde se sentará el fracturado? Presenta su carnet en recepción, -joven usted no tiene vigencia de derechos, vaya al otro edificio a que le arreglen su asunto-. Recordemos que el paciente esta fracturado, tuvo que ir solo al hospital, se mueve de a cojito ¿Qué puede hacer?, ¿hay sillas de ruedas para estos casos?, ¿hay algún enfermero o empleado dispuesto a ayudar? Lamentablemente, hay que reconocer que, en general, esta actitud de servicio es de lo que más se carece en el sector salud y más bien sobra la arrogancia y prepotencia del que tiene el poder y se sabe indispensable.
Siguiendo con el ejemplo: ¿Cuántas rampas para inválidos existen en el edificio?, ¿en dónde están colocadas?, ¿son suficientes acorde a la demanda?, ¿cuántos médicos generales existen?, ¿cuántos por especialidad?, ¿cuáles son los criterios para el cálculo de médicos necesarios para la atención adecuada en tiempo y forma de la comunidad?, ¿cómo se equilibra el acceso del servicio médico de los derechohabientes y la capacidad de servicio?, ¿se tiene un programa de planeación estratégica?, ¿las instalaciones son suficientes?, ¿qué cantidad de pacientes son atendidos diariamente?, ¿qué carga de citas tenían los médicos por día?, ¿funcionan todos los aparatos del hospital?, ¿dónde están los datos del presupuesto?, ¿cuánto es el monto mensual de las cuotas de los empleados?, ¿es suficiente para brindar un servicio eficiente?, ¿cuáles los criterios para las asignación de partidas?, ¿cuál es el sueldo del personal?, ¿se capacitaba al personal mensual, semestral anualmente, o nunca?, ¿cuántas mujeres pertenecen a la directiva y la junta de gobierno?, ¿cómo es el procedimiento para levantar y atender una queja en tiempo y forma?, ¿cuánta burocracia existe para lograr una cita?, ¿cuánta para obtener un medicamento que quizá nunca llegue o se acabe demasiado pronto por ser insuficiente?, ¿todo lo que se receta es necesario o es un simple paliativo?. Y adentrándose en un mar de preguntas sin respuestas, se puede ir rescatando, pieza a pieza, el rompecabezas de una institución que refleja tan bien al sistema que la ha creado.
Esta historia continuará; sin embargo, adelanto una reflexión, si existe la injusticia habrá que explicar en dónde y por qué, para encontrar la forma de contrarrestarla. Tener un buen servicio médico en nuestro sistema de salud implica además de pagar las cuotas, la corresponsablidad de denunciar las anomalías con una desbandada de palabras.