Los premios A Escena son una buena contribución para conocer el punto de vista del espectador; sin embargo, no ayudan directamente al trabajo de los actores, porque ése lo construyen ellos a través de un proceso de profesionalización de la técnica, la teoría y la reflexión… respondió Enid Negrete, especialista en artes escénicas, al preguntarle sobre la aportación de los premios al desarrollo de los artistas teatrales en Aguascalientes.
Dijo puntualmente que un premio no ayuda a los actores a crecer en su trabajo; sólo les da una idea de la percepción que tiene el espectador de su trabajo, y eso es bueno, pero es tan sólo una de las variables que inciden, de manera un tanto secundaria, en el proceso del actor.
Para Enid es muy loable la labor que realizan los integrantes de A Escena, al asistir a todas las obras de teatro presentadas, para realizar un análisis, una evaluación y finalmente emitir un veredicto; sin embargo, los resultados de los premios no son sinónimo de calidad; es más bien un termómetro de la repercusión que tienen las puestas en escena en el auditorio.
Luego de un taller que impartió Enid Negrete sobre construcción del espectáculo, justamente para artistas del área de las artes escénicas, ella constató que en Aguascalientes existe una gran desigualdad en la profesionalización de quienes se dedican a esta rama del arte, y finalmente éste debe ser el primer reto a lograr: igualar los niveles de formación.
“En la medida en que los estudios sean más profesionales, haya un apoyo teórico importante y haya más reflexión, entonces se puede hablar de una mejoría”, sentenció.
Otro de los aspectos que destacó la especialista a los participantes de su taller, fue precisamente el aumento en la reflexión del quehacer teatral y la búsqueda de un lenguaje propio, un lenguaje artístico real que se da en mayor medida en las compañías independientes.
“Los incité mucho para que busquen la conformación de compañías independientes, porque es desde ahí donde se puede explotar mucho más la creatividad para entonces crear realmente lenguajes alternativos”, agregó Enid Negrete, quien habló también de la ausencia o falta de profundidad en la reflexión de la teoría y la técnica que sustentan los montajes y el desarrollo de propuestas independientes. “Es necesario que la discusión de la comunidad sea sobre los lenguajes artísticos y no sobre los presupuestos; que se traigan a la mesa del diálogo los temas del teatro y no que ‘cuánto dinero te dieron a ti’, ‘cuánto a mí’, ‘porque a ti te dan más que a mí’”.
Mientras los artistas no entiendan que las instituciones culturales, y menos en la situación de México, no son quienes marcan la pauta de la creación, la producción y el crecimiento de las artes, en particular del teatro, estarán destinados a no avanzar.
“Los grandes movimientos teatrales han sido siempre en contra de las instituciones; en el caso de España, por ejemplo, las grandes compañías de teatro que existen hoy, crecieron dentro de la dictadura, eran contestatarias”.
Para Enid, la verdadera responsabilidad del quehacer teatral está en la comunidad, en los actores y no en las instituciones. “Son ellos quienes deben encargarse de crear sus propios lenguajes y conseguir los recursos que sean necesarios, porque en un país como éste no hay forma de depender de las instituciones”.