En los últimos años, los cárteles de la droga y el crimen organizado no solamente decidieron traficar con drogas, personas, vehículos, armas, lavado dinero, sino que de una manera incomprensible, se está enfrentando al gobierno establecido y a las instituciones en general, para tratar de controlar territorios a través de la corrupción y la infiltración de gobiernos locales. Ante esta embestida cruel, ilógica y al mismo tiempo sangrienta, el año pasado tuvimos más de 5 mil 300 muertos, entre ellos muchos civiles inocentes.
El Gobierno Federal y las instituciones han decidido combatir este flagelo hasta sus últimas consecuencias. Durante la visita que realizó el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, a los Estados Unidos de Norteamérica, al entrevistarse con el presidente Barack Obama, el tema que dominó en las conversaciones fue el de la seguridad, teniendo como objetivo el combate al crimen organizado y no menos importante, pero con menos intensidad, la crisis económica que está permeando nuestras economías.
No son pocos los funcionarios de alto nivel de Norteamérica que están preocupados y que están buscando tener un acercamiento con México, con el fin de, unidos, combatir a estos criminales. El secretario de la Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica, Robert Gates, ha ofrecido apoyo a México y no solamente eso, sino que antes estuvieron regulando el apoyo y tecnología que nos iban a dar a través de la Iniciativa Mérida, y hoy nos dice el señor Gates que están buscando cómo fortalecer este apoyo y aun más, buscar que esto se prolongue.
El procurador general de los Estados Unidos de Norteamérica, Erik Holder, en la reciente visita que realizó al procurador general de la República Mexicana, Eduardo Medina Mora, habló también de que no puede seguir siendo que la desconfianza prevalezca entre las autoridades norteamericanas y mexicanas, pues la información que tienen uno y otro gobierno no fluye de una manera oportuna y veraz para poder ser más efectivos en esta guerra.
No solamente fue la visita del presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, para buscar los acuerdos de primer nivel en este combate al crimen, sino que en la reunión que se llevó a cabo en Panamá con los presidentes de Colombia, Guatemala y del país sede, se habló también de una alianza para combatir las redes internacionales que perpetran estos actos delictivos.
Los resultados han sido que hoy tenemos la noticia de que el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, ha sido amenazado, en un acto verdaderamente de soberbia de los delincuentes, y por otro lado el gobierno colombiano nos ha informado de que muchos de los secuestros que se han realizado en México están ligados a las FARC, guerrilla que existe hace muchos años en ese país y que fueron encontrados en una computadora de “Raúl Reyes”, abatido en territorio ecuatoriano.
Al mismo tiempo, el gobierno de Estados Unidos reconoce que los cárteles tanto de Sinaloa, Tijuana y de Ciudad Juárez, han consumado 368 plagios en Phoenix, Arizona, durante el año 2008.
Panamá informó también que el dinero que entra a través de financieras y algunos establecimientos a sus territorios, está siendo lavado, pero nos habla de cantidades superiores a los 15 mil millones de dólares.
En medio de todo este entorno, estamos proponiendo en el Senado de la República que se actúe y amplíe el acuerdo vigente entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de Norteamérica sobre cooperación para combatir el narcotráfico y la farmaco-dependencia, para incluir el tráfico de armas y el lavado de dinero y revisar los resultados que se han obtenido y aquellos que no han dado resultados.
Este acuerdo está vigente desde el 2 de marzo de 1992 y es muy cuidadoso de que no se viole la soberanía de ambos países y se respete la autodeterminación de los pueblos, la no intervención en asuntos internos, igualdad jurídica y el respeto a la integridad territorial de los estados. Este acuerdo no faculta a la autoridad de una de las partes a emprender, en la jurisdicción territorial de la del otro, el ejercicio y el desempeño de las funciones cuya jurisdicción o competencia estén exclusivamente reservadas a las autoridades de esa otra parte por sus leyes o reglamentos nacionales.
Debo reconocer que dicho acuerdo fue aprobado por la Cámara de Senadores el 30 de noviembre de 1989, pero se publicó en marzo de 1992, en el Diario Oficial de la Federación.
Este acuerdo recoge las obligaciones internacionales que se derivan de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, que se adoptaron en Viena, Austria, el 20 de diciembre de 1988.
Este convenio que estamos tratando de impulsar, también recoge en esta convención el respeto a los derechos humanos, los cuales deberán ser preservados aún en estos momentos tan difíciles, por lo tanto, seguiremos luchando para hacer lo que nos toca dentro de nuestra obligación, para que México recupere a la mayor brevedad la paz y tranquilidad que merece nuestra sociedad.