“Requerimos valentía ciudadana para atender mejor emergencias” - LJA Aguascalientes
21/11/2024

El ascenso fue inusitadamente suave. Apenas si percibí un suave vaivén, mientras que la poderosa turbina del helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública de Aguascalientes lo elevaba rápidamente por encima de las instalaciones del complejo. La aeronave XC-GEA se separó del suelo con una velocidad impresionante, dejando los estómagos del fotógrafo y del reportero en el suelo, y haciéndonos recordar las palabras del piloto cuando nos dijo: “este aparato es muy especial, y su potencia nos puede llevar al otro extremo de la ciudad en sólo tres minutos. Por el tiempo de respuesta con el que contamos, podemos afirmar que el helicóptero es uno de los activos más valiosos de la corporación, no sólo como elemento de disuasión al crimen, sino para ubicar autos, personas y para servicios ambulatorios y de protección civil”.

Antes, en tierra aun, el piloto, que solicitó no ser identificado, nos explicaba las razones por las que no deseaba que su nombre fuese publicado: “Pareciera más argumento de película de ficción, pero hemos sabido que hay gente tratando de saber quiénes somos, dónde vivimos. El helicóptero es un elemento disuasorio lo suficientemente contundente como para que los ‘traviesos’ intenten boicotear lo más posible nuestro trabajo”.

Inicia nuestro recorrido por el oriente de la ciudad. Vamos seis personas en la aeronave: los pilotos –siempre van dos, pues en caso de contingencias uno de nosotros puede maniobrar el aparato para que aterrice sin problemas- dos oficiales especialistas en rappel y en reconocimiento aéreo, y nosotros, muy bien asegurados y con cámaras en ristre, nos disponemos a dar cuenta del festín aéreo.

“Es una enorme responsabilidad la que tenemos. Sabemos perfectamente que el helicóptero es un elemento disuasivo contundente, y es por eso que la tarea es doblemente gratificante. De las muchas personas con las que hemos trabajado, no hay nadie más eficiente ni más comprometido con la seguridad de la gente que el general Rolando Hidalgo Eddy. Es un honor estar bajo su mando, y lo menos que podemos y debemos hacer es comprometernos igual que él con la gente de Aguascalientes”.

En el aire, es evidente que los oficiales que parecen pender de las puertas del helicóptero requieren de un entrenamiento especial. Apenas sostenidos con un sólido arnés, utilizan las miras de sus armas para ubicar objetivos. “A veces, algo insignificante puede servir para detectar alguna anomalía desde el aire. Y una de ellas es que prácticamente todas las personas voltean a vernos cuando estamos en vuelo. Hay veces que detectamos que algunas personas no sólo no voltean, sino que hasta se esconden, entonces es cuando sabemos que hay alguna anomalía allí abajo”.

“Desde el momento en el que se recibe un llamado de emergencia, hasta el momento en el que comenzamos a elevarnos, apenas pueden pasar cuatro minutos, e incluso a veces menos. Esta es la ventaja que adquirimos por permanecer siempre en las instalaciones, porque una de las consignas del general Hidalgo Eddy es permanecer siempre disponibles para cualquier emergencia. Por ejemplo, nosotros podemos atender una emergencia en el fraccionamiento Canteras en sólo seis minutos, desde el aviso hasta nuestra llegada a esa zona. En el caso de una llamada de emergencia que nos indique acudir a la parte norte del estado, eso entonces nos tomaría 15 minutos. La velocidad crucero del helicóptero es de poco más de 200 kilómetros por hora”, dice orgulloso el piloto, quien relata: “Hace pocos días, tuvimos una emergencia en la que acudimos a rescatar a una persona en La Congoja. Desde el despegue, hasta el regreso con el herido, sólo nos tomó 28 minutos. Esto convierte a esta nave en un auténtico puente aéreo que salva vidas, pues no sólo podemos hacer esas acciones, sino también trasladar víveres, detectar carreteras bloqueadas o rotas por inundaciones, trasladar grupos de gentes a salvo si están aislados, o llevar equipos médicos a zonas de desastre natural o accidentes”.

“El tipo de apoyo que brinda el helicóptero puede ser muy variado, siempre dependiendo de las órdenes que nos gira el secretario de Seguridad Pública. Por supuesto que nuestro desempeño depende mucho también de la acción que estamos preparando, que puede ir desde el apoyo para operativos de vigilancia, acciones policíacas o también el rescate de civiles en situación de riesgo. Ya nos ha tocado incluso tener funciones de ambulancia, y la eficiencia del helicóptero salvó la vida de la persona a la que brindamos apoyo. Otro caso en el que el uso del helicóptero es toral, es cuando hay fuga de criminales, pues con el uso de esta nave podemos detectarlos, y entonces guiar a nuestros compañeros en tierra para que puedan crear retenes o bloqueos para someterlos sin arriesgar a los civiles”, explica el piloto.

“Cierto es que hay zonas difíciles para el uso del helicóptero. Podemos decir que los enemigos naturales de estas naves son los cables de alta tensión, los fuertes vientos. Sin embargo, es necesario aclarar que este helicóptero, en particular, desde su fabricación, viene certificado para cierto número de ‘nudos de viento’, mismos que son monitoreados constantemente aquí en la base, y si en algún momento, los nudos de viento son superados por la norma de certificación, entonces no hay despegue”, aclara el piloto.

En el caso de que hubiese alguna falla catastrófica, incluso existen maneras de superar esos problemas. “El helicóptero tiene ciertas maniobras de emergencia que nosotros tenemos ensayadas para llevarlas a cabo, que incluso hemos adquirido en entrenamientos fuera del país. Por ejemplo, ante un paro del motor, existe una maniobra llamada ‘auto rotación’, la cual se puede llevar a cabo con el motor apagado, y aún así el helicóptero puede descender de una manera relativamente segura, o por lo menos para que sufra el menor daño posible”.


Es inevitable preguntar si tras múltiples ocasiones de haber acudido a operativos, tienen ya detectadas partes de la ciudad y del estado en donde hay más actividad delictiva. “El sur de la ciudad se ha vuelto una zona a la que más frecuentemente acudimos; aunque por supuesto, para el crimen no hay preferencias. Sin embargo, podemos afirmar que en cuanto los ‘traviesos’ ven el helicóptero, se esconden y ya no salen en un buen rato, es por eso que denominamos a esta nave como uno de los elementos disuasorios más eficaces con los que cuenta el sistema de seguridad pública”.

Damos vuelta luego precisamente hacia el sur de la ciudad y, efectivamente, corroboramos que prácticamente toda la gente voltea a ver el paso de la nave sobre ellos. La luz del sol es espléndida para la fotografía, y es precisamente lo que hace Juan Manuel Robledo. Prácticamente mantiene su dedo todo el tiempo sobre el obturador.

“Es un orgullo formar parte de este equipo. Sabernos parte de la tranquilidad y la seguridad de los aguascalentenses; es un honor que compartimos con los demás compañeros aquí en Seguridad Pública del Estado. Claro que hay momentos difíciles y momentos tristes, como cuando perdemos a nuestros compañeros. La rabia, la tristeza nos invaden, pero hasta en eso nuestro entrenamiento nos sirve. Convertimos esos sentimientos en más dedicación al trabajo, más empeño en nuestra entrega a los ciudadanos. Eso es lo que somos, y este es el trabajo que hemos escogido”, asegura.

Vamos ahora por la zona de la Feria de San Marcos, y no deja de asombrar la vista. Muy diferentes se ven las cosas, sin duda, desde las alturas.

Y las cosas se ven también muy distintas desde el suelo, pues el piloto, al hablar sobre las quejas de personas o de medios de comunicación que se preguntan constantemente ‘dónde está el helicóptero’, les responde que “deben de recordar que la policía actúa cuando hay denuncia, cuando el ciudadano hace su llamada de emergencia. Y obviamente esto ya viene de una cadena de eventos previa, cuyo extremo es precisamente el despegue del helicóptero. Si una denuncia se hace tarde, obviamente el helicóptero llegará al lugar de los hechos tarde. La gente, el ciudadano, debe hacerse consciente de que su ayuda y su compromiso con los vecinos y consigo mismo debe partir precisamente de la oportunidad, del valor civil, de no permitir que le gane el miedo y hacer su denuncia a tiempo. Si todos hacemos nuestra tarea bien, entonces los mecanismos de seguridad serán mucho más eficientes. En vez de que la gente pierda minutos valiosos haciendo sus reportes a los medios de comunicación, mejor debe llamar primero a la policía. Somos nosotros el primer frente de batalla de los ciudadanos, y para que seamos eficientes, necesitamos de la gente para serlo aun más”.

Demasiado pronto, llega el momento de aterrizar. Fueron siete minutos de vuelo, pero a nosotros nos pareció sólo un minuto. Antes de irnos, nos nace estrechar las manos del escuadrón que compone el servicio del helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública de Aguascalientes, a quienes agradecemos su tiempo y su disposición, pero, sobre todo, su entrega.

Hasta el final, la lealtad enmarca el trabajo de estos hombres: “A nosotros nadie nos debe dar las gracias. Son las instrucciones del general Hidalgo Eddy, y estamos aquí para obedecer”.


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