En momentos en que la sociedad mexicana está pasando de la preocupación a la estupefacción, ya que pareciera que la crisis o las crisis que la vienen afectando van in crescendo, y es que la lista se vuelve interminable cuando se enumeran los problemas que nos aquejan: inseguridad, desempleo, etc., esto no le parece suficiente a los miembros del gabinete de Gobierno Federal, que en los últimos días han dado un significativo aporte a la intranquilidad del país, y esto porque se encuentran inmersos en algo parecido a esa famosa convocatoria del peor trámite burocrático, pero ahora con la modalidad de ver quién hace la declaración más absurda.
Y la lucha por llevarse este premio ha sido muy peleada, ya que ha habido muestras de verdadera facilidad para declarar ilógicos: la canciller Patricia Espinosa, declarando que la violencia de la delincuencia organizada sólo se presenta en tres estados de la República (Baja California, Chihuahua y Sinaloa), pero lamentablemente al siguiente día de su declaración la delincuencia organizada le enmendó la plana, y realizó ejecuciones en varios estados, diferentes de los que ella señaló; el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, quien se destapó diciendo que “de no ser por la lucha que la administración de Calderón libra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, el próximo Presidente de la República sería un “narco”; y si algo faltará, el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, culpó a los medios masivos de comunicación, de ser ellos quienes han generado toda una idea de que México se encuentra en altos niveles de violencia, y lo cual ha repercutido en nuestra imagen internacional, lo que ha provocado que ya no seamos un destino turístico predilecto en muchas partes del mundo.
Con este tipo de declaraciones, seguramente que Felipe Calderón le puede decir a su gabinete, “no me ayuden compadres”, y es que todo parece indicar que no hay quien ponga orden en ese gabinete, que día a día se obstina en ganarse el calificativo de gabinete Montessori.
Tristemente se denota que no hay quien les diga a los secretarios de este “gabinetazo”, que el “pez por su boca muere”, y es que desde el inicio de la crisis mundial, el secretario de Hacienda también dio muestras de tener la facilidad de declarar sin pensar, y dijo que la pulmonía financiera en Estados Unidos, sería sólo un “catarrito” para México, pero a unos meses de esa gran declaración, el “catarrito” parece que se volvió crónico y que ya provocó otros daños colaterales, muy difíciles de sanar.
Pero al inicio de esta colaboración preguntaba: ¿Quién pone orden?, y la respuesta tendría que ser: el jefe del Ejecutivo Federal, pero lamentablemente fue él quien parece haber iniciado todo, cuando después de enterarse del lamentable fallecimiento del entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, en su intervención para informar a la nación del infortunado accidente, pronunció una intervención donde su tono fue de verdadero desafío a la delincuencia organizada, cuando desde un principio se dijo y se ha dicho que fue un accidente, la pregunta sería a quién desafió Calderón.
Esperemos que Calderón y su gabinete comprendan que la sociedad mexicana se ha vuelto una sociedad informada y no se le puede engañar con declaraciones tan absurdas, porque lo que puede suceder es que los verdaderos catastrofistas sean los miembros del gabinete federal; ojalá alguien les pueda decir que la nación espera siempre la verdad, por difícil que sea, y que “calladitos se ven más bonitos”.