La publicación de una convocatoria con criterios específicos y un jurado que hiciera la selección de grupos locales y foráneos es una sana opción para lograr mayor equidad y profesionalismo en espacios como El Cuartel del Arte, opinan músicos locales.
Víctor Fonseca López, del grupo Psicophono, consideró a El Cuartel como un “oasis” dentro de la oferta cultural de la feria, donde efectivamente se presentan propuestas no comerciales o independientes de música, puestas al alcance de un grupo considerable de público.
El vocalista de esta banda aceptó que la atención y el trato del personal de El Cuartel son igual para todos, aunque no así los presupuestos, ya que a los grupos de otros lados, como él mismo lo dijo, “les pagan más”
A manera de sugerencia planteó que El Cuartel proponga mayor cantidad de fechas destinadas para grupos locales, además de que este foro podría estar abierto no sólo para el período de feria, sino que pudiera prolongarse durante todo el año como un espacio fijo y constante en el que se dé oportunidad a más artistas de la ciudad y el estado.
“Una convocatoria sería una buena opción para hacer la selección más transparente, de cualquier manera creo que hasta ahora los grupos que han figurado en El Cuartel han sido los que tienen las propuestas de mayor calidad, sin importar su trayectoria o antigüedad”.
El músico agregó que las bandas deben acercarse a ofrecer sus propuestas y no esperar ser “encontradas”, para que así el jurado pudiera hacer una selección más equitativa por tener al alcance mayor cantidad de propuestas.
En torno al ambiente musical en Aguascalientes, Víctor aseguró que los grupos que realmente hacen música por convicción trabajan independientemente de las instituciones. “Aún así, creo que el presupuesto para apoyar las artistas locales sigue siendo bajo en comparación con otros rubros”.
Juan Pablo de la Rosa hizo de inicio una crítica a que los proyectos de la institución no son personales, y por eso no pueden ser hijos de alguien en particular; son iniciativas que se vuelven sociales por el financiamiento presupuestal. Sólo los verdaderos proyectos autofinanciables pueden considerarse personales.
Para él, El Cuartel es un proyecto viable que ha dado cabida a proyectos de arte moderno; sin embargo, a lo largo del desarrollo del proyecto parecieran beneficiarse sólo unos cuantos y eso no es sano para la creación local.
El flautista planteó que sí tiene que haber una convocatoria abierta, con carteles a la vista para que los creadores locales se acerquen, porque ellos tampoco pueden andar por el mundo adivinando en qué espacios tendrían ellos posibilidad de participar.
“Hay muchos artistas que a través de la red o entre los colegas participan en otros estados de la República, o incluso en el extranjero se enteran de los festivales y los foros a través, precisamente, de convocatorias, y eso pasa en Guanajuato con el Festival Internacional Cervantino, el Festival de Zacatecas o en Monterrey. Esto le daría seriedad al proyecto”.
Él sí ha presentado dos proyectos para El Cuartel; uno de ellos fue de música acusmática (producida a través de software, amplificadores, computadoras); éste fue rechazado por considerarlo muy loco; la segunda propuesta fue la de “Las barbas de Zenaido”, y en esa ocasión sí les dieron espacio.
“Los funcionarios no están para evaluar si un proyecto es bonito, feo o loco, sino más bien tendría que hacer artistas o músicos que sepan tanto de música clásica como de las innovaciones que hay en el mundo y que incluso ya tienen otros espacios en nuestro país”.
Juan Pablo de la Rosa ya vivió en carne propia la diferencia que hace la institución entre los artistas locales y los foráneos. “Los presupuestos no son los mismos para nosotros que para quienes vienen de la región, a ellos les pagan sin más ni más, y los que somos de aquí no podemos poner un precio porque les parece caro”.
“Los artistas que vislumbran el arte como un cinturón de contención para el oscuro panorama hacen convocatorias”.
La búsqueda debiera ser por una programación más equilibrada, tanto de grupos regionales como locales e incluso grupos novatos que se consideren de “menor calidad” porque sólo a través de estos espacios es que ellos pueden foguearse por las tablas del escenario, esto sería un escaparate para fortalecer la producción local.
El pianista Jesús Hernández ha tenido la oportunidad de colaborar en varias ocasiones en El Cuartel, con varias agrupaciones, una de ellas es “Las barbas de Zenaido”. Es un foro interesante porque hay pocas oportunidades en otras áreas de la feria para la presentación de propuestas alternativas, tanto de artistas locales como nacionales.
“Parece que son pocos los artistas locales, pero no, lo que pasa es que la mayoría hace trabajo de manera independiente por la “falta de presupuesto” de la institución y entonces poco se conoce de lo que hacen”.
Chuy agregó que afortunadamente la universidad ha abierto un nuevo foro alternativo y esta diversificación de la oferta de lugares, a mediano plazo, enriquecerá el crecimiento local e incluso habría que convencer a los empresarios de que apostarle a la cultura les implica una ganancia económica por la deducción de impuestos, para que la iniciativa privada los apoye como ya se hace en el Distrito Federal.
Según el músico, en los principios de El Cuartel se les dio mucha oportunidad a los artistas locales, pero luego se fue transformando y ahora le dan más cabida a grupos foráneos.
“Hay grupos regionales de mucha calidad que incluso uno se acerca a ellos y aprende, pero también hay otras propuestas que se traen de otros estados cuando aquí hay grupos de la misma calidad y a los que se les pudiera dar el espacio antes que a los de otros estados; por ejemplo en el jazz, Mario Gustavo, Luis Fernando, Jesús Altamira y Eduardo Correa”.
“Si uno no va a pedir la oportunidad no te hacen caso, tienes que ir a tocar puertas para que te tomen en consideración y aún así hay una tendencia hacia el malinchismo muy arraigada”.
En torno al jurado, Chuy Hernández dijo que sí es una alternativa viable la convocatoria y a su vez la conformación de un jurado especializado en los diferentes géneros de la música, principalmente los alternativos para que sean quienes evalúen los grupos que pudieran presentarse en El Cuartel.