– Educación política, la prioridad del nuevo líder nacional del sol azteca
– “Una ciudadanía débil, el mayor problema de nuestro sistema político”, afirma
– “Una ciudadanía débil, el mayor problema de nuestro sistema político”, afirma
Jorge Álvarez Máynez y Matías Lozano
LJA.- Jesús Ortega Martínez, le agradecemos mucho su visita a la redacción de La Jornada Aguascalientes.
JOM.- Gracias, y aprovecho para desearles éxito en Aguascalientes como lo tienen en otras partes del país, se necesita oxigenar los medios de comunicación y se necesita airear el espacio de la información, a veces constreñida, en muchas ocasiones saturada y qué bueno que hay un esfuerzo como el de La Jornada Aguascalientes de verdad va a ayudar a que la gente esté mejor informada, que es un derecho, y yo felicito el esfuerzo que ustedes están haciendo, y en la medida de las posibilidades la gente debe contribuir a que La Jornada Aguascalientes se consolide y se convierta en una opción de información veraz, de información objetiva para la gente de Aguascalientes.
LJA.- Jesús Ortega Martínez, le agradecemos mucho su visita a la redacción de La Jornada Aguascalientes.
JOM.- Gracias, y aprovecho para desearles éxito en Aguascalientes como lo tienen en otras partes del país, se necesita oxigenar los medios de comunicación y se necesita airear el espacio de la información, a veces constreñida, en muchas ocasiones saturada y qué bueno que hay un esfuerzo como el de La Jornada Aguascalientes de verdad va a ayudar a que la gente esté mejor informada, que es un derecho, y yo felicito el esfuerzo que ustedes están haciendo, y en la medida de las posibilidades la gente debe contribuir a que La Jornada Aguascalientes se consolide y se convierta en una opción de información veraz, de información objetiva para la gente de Aguascalientes.
LJA.- El 2008 se termina, fue un año muy difícil para la humanidad y también para la izquierda mexicana. Frente a esto y los retos de Jesús Ortega, ¿cómo fue el año?
JOM.- Ciertamente fue muy difícil, fue complejo, porque hicimos un proceso electivo para nombrar al nuevo presidente del PRD y a la nueva dirección, y nuestro proceso electoral no fue lo regular que se deseara, lo democrático que se necesitara, sino que nuestro proceso tuvo en algunos lugares fenómenos y hechos irregulares e ilegales. Eso sin embargo no quiere decir que la elección fue en su totalidad irregular, lo que pasa es que se agarran algunos medios de comunicación y algunos sectores de la izquierda, de algunos acontecimientos que resultaron irregulares y generalizan. Pero ya estamos superando ese momento difícil, hemos integrado la Comisión Política de manera plural y con la aprobación unánime de todo el Consejo Nacional, hemos integrado el secretariado de la misma manera, todos los órganos de representación del partido están integrados de manera plural y además fueron aprobados de manera unánime, y no deja de haber algunas islas, pequeñas, de inconformidad o de protesta, pero en términos generales, ya todos los perredistas, hombres y mujeres, estamos trabajando de cara a los nuevos retos y a los nuevos desafíos. Ya tenemos dirección política, ya tenemos plan de campaña electoral, estrategia electoral para enfrentar los nuevos acontecimientos de México y del mundo y entonces yo creo que esas dificultades que vivimos en el 2008 las hemos superado y vamos a tener una nueva actitud y una nueva visión en el 2009 y en los próximos años.
LJA.- Es la segunda vez que Jesús Ortega vive un proceso similar, cuestionado. ¡Qué aprendió de esta lección Jesús Ortega, que no va a repetir?
JOM. Primero, tratar de localizar las causas que hacen que nuestros procesos electorales no sean lo pulcramente democráticos que se necesita, y yo localicé una, entre otras, causa que es fundamental; en el PRD como en muchos otros partidos políticos, tenemos un déficit de democracia, nuestra práctica acusa ausencia de principios democráticos. Eso tiene una explicación: en la democracia, como en las matemáticas o como en la aritmética o en la geografía, no se heredan los conocimientos, se aprenden los principios de la democracia. Y si en el PRD no tenemos espacios para que los militantes aprendamos los principios de la democracia, entonces están ausentes de nuestra vida, de nuestra práctica diaria.
Si a otros partidos no les interesa que los principios democráticos sean conciencia de los militantes, como no nos importaba a los perredistas, pues ahora yo voy a hacer una reforma profunda, para que una de las cosas que logremos, sea que los principios de la democracia se conviertan en cuerpo y sangre y conciencia de nuestra vida diaria y por lo tanto de la práctica diaria, permanente de cada uno de las compañeros perredistas, y si logramos que los principios de la democracia sean práctica común y sean principios que se aplican permanentemente, entonces veremos que vamos a superar las deficiencias en nuestros procesos electivos. Y vas a ver que podremos corregir muchas de las fallas que ahora tenemos.
Ahora, este asunto del déficit de la democracia en los partidos, tiene raíces históricas, en México la democracia casi no ha existido como principio de vida diario y como principio de gobierno. En México ha prevalecido el régimen autoritario, caudillesco. Decía Antonio López de Santa Ana, cuando la crisis de gobernabilidad en el siglo diecinueve, cuando no había cohesión social ni política: -“En México yo se lo que se necesita, yo se lo que México requiere; necesita un hombre fuerte y palos a diestra y siniestra”. Eso decía él, pero lo han mencionado otros y crípticamente, equivocadamente creen que el pueblo de México debe estar sujeto al tutelaje de un caudillo, de un personaje. Se equivocan, porque debe tener como otros pueblos del mundo instituciones democráticas para que pase a un nuevo estadio de su vida social y de su vida económica. Si eso pasa con el país, eso pasa con los partidos; para tener un nuevo estadio de vida política en los partidos necesitamos aprender la democracia y practicar la democracia.
LJA.- Entonces ¿Jesús Ortega no aspira a convertirse en un nuevo caudillo?
JOM.- No, el PRD ha luchado contra esa forma de gobierno. La razón de la existencia del PRD está en la lucha en contra de esa forma de gobierno, el PRD nació para terminar con el presidencialismo absolutista y autoritario, para construir un régimen político de instituciones democráticas, por eso, ahora, cuando vemos que se ataca al congreso mexicano, lo que en realidad se busca es volver al viejo sistema, al viejo régimen de un solo hombre decidiendo el futuro de millones, de un solo personaje decidiendo el futuro de millones. No, hay que fortalecer al congreso mexicano, y al Poder Judicial, y a la Comisión de Derechos Humanos, y a los municipios.
Ahora observamos un deterioro y un retroceso en la vida democrática, estamos terminando con el presidencialismo absolutista y vemos en los estados la reproducción de ese presidencialismo, pero desde los gobernadores, vemos señores feudales que deciden igual que lo hacía el Presidente de la República sobre la vida de los habitantes de su estado, y deciden sin consultar, y deciden sin procedimientos democráticos, sin procedimientos constitucionales. Lo que vimos en Coahuila o en Veracruz en las pasadas elecciones, o lo que vemos en Tamaulipas, es aberrante. Otra vez la concentración del poder en un solo individuo y la desaparición de las instituciones democráticas.
Hay que terminar con ese régimen político de concentración unipersonal del poder, esa es la verdadera reforma del estado, para construir instituciones democráticas y un régimen republicano de separación y de equilibrio entre los poderes.
LJA.- ¿Qué va a hacer el presidente nacional del PRD para limitar el poder de los señores feudales, cuando muchos de ellos son perredistas?
JOM.- El fenómeno es generalizado, tienes toda la razón, abarca a todo mundo, y ¿qué es lo que haremos nosotros? En primer lugar, aplicar el programa, buscar que nuestros gobernantes apliquen el programa del PRD y el programa del PRD conlleva intrínsecamente no el ejercicio de un poder unipersonalizado sino el ejercicio de un poder democrático: Fortalecer los congresos de los estados, fortalecer los municipios, no al presidente municipal, porque ahí está otro gran error: en México no hay un poder del presidente municipal, en México el sistema municipal es de cabildos, es decir, de una conducción colectiva de los municipios. Y sin embargo, la inercia presidencialista conduce a que el presidente municipal sea el único que decide las cosas, al margen del cabildo. El cabildo es una institución históricamente colectiva, desde que se constituyó el cabildo en América, el primero, en Veracruz, es una instancia colectiva, y la tradición de España es colectiva, de cuando las cortes de Cádiz. Pero la tradición en México ha hecho que el gobierno municipal se convierta en el gobierno de un solo hombre y el gobierno del estado se convierte en el gobierno de un solo hombre, y el gobierno federal se convierte en el gobierno de un solo hombre. Esa visión de tutelaje sobre el pueblo de México, debe de cambiar para constituirse en un país de instituciones democráticas, y de decisiones colectivas, por eso, otra de las cosas que vamos a impulsar será el referéndum y el plebiscito, formas de decisión directísimas.
Hay temas de la mayor importancia en los estados, en los municipios y en el país, que no debe tomarlas solamente un individuo, a veces ni un grupo de individuos en el congreso, sino que debe tomar la gente, con su voto. Ya hemos propuesto el referéndum y el plebiscito, pero claro que hay resistencias de los que quieren seguir el régimen unipersonal de concentración del poder, pero vamos a empujar las formas de democracia directiva. Y tercer elemento: el gran problema del sistema político mexicano es la débil ciudadanización. En México todavía no logramos que los ciudadanos asuman sus derechos como ciudadanos y sus facultades como ciudadanos, participar en la vida pública, en la vida política, incidir en los asuntos del Estado nacional e incidir en los asuntos del gobierno. La ciudadanización no solamente se logra yendo cada tres años a depositar un voto, la ciudadanización es una participación constante y permanente de las personas mayores de 18 años en la vida pública y en la vida política del país.
Creo que esos serían saltos cualitativos y no hay bienestar económico, estoy completamente seguro de eso, y no hay desarrollo económico del país, si no se da en el marco democrático. Tenemos 25 años sin crecimiento económico, y una parte de las causas de esos 25 años sin crecimiento económico, es un régimen político todavía sin instituciones democráticas, y sin ciudadanización plena en el país, en la nación.
LJA.- Hablando del proceso de ciudadanización, los partidos políticos especialmente en este caso el PRD tiene un programa de formación política prácticamente inaplicado. ¿Cuál va a ser la tarea en ese sentido?
JOM. Tienes toda la razón, es un enunciado pero inaplicado ese enunciado. Por una razón, porque en el PRD pensábamos que todo se iba a solucionar cuando en lugar de que el Presidente de la República fuera del PRI, lo fuera del PRD, y luego, que todo se solucionaría si el Presidente de la República del PAN, fuera del PRD; la verdad es que sí nos importa que ganemos la Presidencia de la República, pero más debe importarnos que se democratice la vida social y política y económica del país, y por lo tanto hemos olvidado la educación política. ¿Qué voy a destinarle yo? Primero, la parte que por ley está obligado el PRD a hacer educación política. Cometimos aberraciones como las siguientes; no aplicamos dinero para la educación política, ¿y qué pasó? que nos lo recogió el IFE. Fíjate que aberrante, no lo aplicamos, y nos lo recogió el IFE. Dinero para una publicación constante, permanente para informar a la opinión pública, no lo aplicamos, no tenemos una publicación constante, diaria; tenemos una revista que sale mensual, que lee poca gente, debo decirlo; y entonces, yo voy a decidir que se agote todo el dinero destinado a la formación y a la educación política y a las publicaciones.
Pero voy a hacer del Instituto de Formación Política una gran institución y una fundación como la que tienen los grandes países europeos y algunos países de Latinoamérica, algunos partidos de izquierda de Latinoamérica, una fundación para que haya debate, para que haya reflexión, para que haya discusión, y esta fundación no en la capital, sino expresada en los municipios, ese trabajo expresado en los municipios y expresado en los estados de la República. Énfasis e importancia a la formación y a la educación política y democrática de los mexicanos.
LJA.- Y ¿para desarrollar esos programas, no va a dejar que lo coman los tiempos electorales?
JOM.- No, porque los tiempos electorales, si queremos cubrirlos bien, implica formación y educación política. La lucha electoral no está al margen de la formación y la educación política, o, yo lo diría al revés: la formación política es intrínseca a la lucha electoral. A veces fallamos en la lucha electoral porque no hacemos educación y formación política. ¿Cuál es la esencia de la lucha electoral en México y en el mundo? La esencia es convencer a los ciudadanos de que tu propuesta es mejor que la de los otros partidos, y cuando lanzas a los compañeros a que hagan campaña electoral, debes lanzarlos armados con las ideas y las propuestas del PRD, no los lanzas a repartir un volante que a veces nadie lee, y no los lanzas a pegar en un poste un cartel con la fotografía de un individuo donde la gente no hace diferencia de un cartel pintado de amarillo y uno pintado de rojo y uno pintado de azul.
Nosotros necesitamos armar a nuestros militantes con las ideas que proponemos, para que la gente vote por nosotros. La lucha electoral, a diferencia de la lucha revolucionaria, que la izquierda durante mucho tiempo intentó, se trata de convencer, no de imponer. En una revolución se impone, en una lucha democrática se convence. Necesitamos entonces, convencer a la gente, con militantes armados de ideas, que convenzan a la ciudadanía.
LJA.- Sin embargo ¿no es uno de los problemas del PRD que las corrientes que en un principio fueron ideológicas, que son más corrientes de poder, impongan a los candidatos?
JOM.- Sí, tienes razón. Así ha pasado y esa es una de nuestras deficiencias y nuestros errores. Las corrientes políticas no deben desaparecer, es imposible desaparecerlas, además, cualquier pretensión de desaparecerlas, va a terminar en fracaso, lo que tenemos que hacer es que las corrientes políticas recuperen la esencia de su origen, que es, el ser promotoras del debate, de la reflexión y de la discusión. Y ¿qué debemos de hacer en esta reforma del partido? Hacer que las corrientes no sean grupos de presión, y que se conviertan en espacios de reflexión y espacios de promoción del debate, y de la discusión. Es un gran reto, pero ese es el desafío, algunos compañeros dicen que hay que terminar con las corrientes, cuando intentar acabar con ellas es intentar terminar con el pensamiento. Es un absurdo, lo que necesitamos es convertir a las corrientes en espacios para el debate, para la discusión y para la reflexión. ¿Cómo se logra eso? Con educación política, con formación política, con discusión y con debate, no con decisiones unipersonales o parainstitucionales. Se necesita un debate como una práctica diaria de los militantes del PRD.
JOM.- Ciertamente fue muy difícil, fue complejo, porque hicimos un proceso electivo para nombrar al nuevo presidente del PRD y a la nueva dirección, y nuestro proceso electoral no fue lo regular que se deseara, lo democrático que se necesitara, sino que nuestro proceso tuvo en algunos lugares fenómenos y hechos irregulares e ilegales. Eso sin embargo no quiere decir que la elección fue en su totalidad irregular, lo que pasa es que se agarran algunos medios de comunicación y algunos sectores de la izquierda, de algunos acontecimientos que resultaron irregulares y generalizan. Pero ya estamos superando ese momento difícil, hemos integrado la Comisión Política de manera plural y con la aprobación unánime de todo el Consejo Nacional, hemos integrado el secretariado de la misma manera, todos los órganos de representación del partido están integrados de manera plural y además fueron aprobados de manera unánime, y no deja de haber algunas islas, pequeñas, de inconformidad o de protesta, pero en términos generales, ya todos los perredistas, hombres y mujeres, estamos trabajando de cara a los nuevos retos y a los nuevos desafíos. Ya tenemos dirección política, ya tenemos plan de campaña electoral, estrategia electoral para enfrentar los nuevos acontecimientos de México y del mundo y entonces yo creo que esas dificultades que vivimos en el 2008 las hemos superado y vamos a tener una nueva actitud y una nueva visión en el 2009 y en los próximos años.
LJA.- Es la segunda vez que Jesús Ortega vive un proceso similar, cuestionado. ¡Qué aprendió de esta lección Jesús Ortega, que no va a repetir?
JOM. Primero, tratar de localizar las causas que hacen que nuestros procesos electorales no sean lo pulcramente democráticos que se necesita, y yo localicé una, entre otras, causa que es fundamental; en el PRD como en muchos otros partidos políticos, tenemos un déficit de democracia, nuestra práctica acusa ausencia de principios democráticos. Eso tiene una explicación: en la democracia, como en las matemáticas o como en la aritmética o en la geografía, no se heredan los conocimientos, se aprenden los principios de la democracia. Y si en el PRD no tenemos espacios para que los militantes aprendamos los principios de la democracia, entonces están ausentes de nuestra vida, de nuestra práctica diaria.
Si a otros partidos no les interesa que los principios democráticos sean conciencia de los militantes, como no nos importaba a los perredistas, pues ahora yo voy a hacer una reforma profunda, para que una de las cosas que logremos, sea que los principios de la democracia se conviertan en cuerpo y sangre y conciencia de nuestra vida diaria y por lo tanto de la práctica diaria, permanente de cada uno de las compañeros perredistas, y si logramos que los principios de la democracia sean práctica común y sean principios que se aplican permanentemente, entonces veremos que vamos a superar las deficiencias en nuestros procesos electivos. Y vas a ver que podremos corregir muchas de las fallas que ahora tenemos.
Ahora, este asunto del déficit de la democracia en los partidos, tiene raíces históricas, en México la democracia casi no ha existido como principio de vida diario y como principio de gobierno. En México ha prevalecido el régimen autoritario, caudillesco. Decía Antonio López de Santa Ana, cuando la crisis de gobernabilidad en el siglo diecinueve, cuando no había cohesión social ni política: -“En México yo se lo que se necesita, yo se lo que México requiere; necesita un hombre fuerte y palos a diestra y siniestra”. Eso decía él, pero lo han mencionado otros y crípticamente, equivocadamente creen que el pueblo de México debe estar sujeto al tutelaje de un caudillo, de un personaje. Se equivocan, porque debe tener como otros pueblos del mundo instituciones democráticas para que pase a un nuevo estadio de su vida social y de su vida económica. Si eso pasa con el país, eso pasa con los partidos; para tener un nuevo estadio de vida política en los partidos necesitamos aprender la democracia y practicar la democracia.
LJA.- Entonces ¿Jesús Ortega no aspira a convertirse en un nuevo caudillo?
JOM.- No, el PRD ha luchado contra esa forma de gobierno. La razón de la existencia del PRD está en la lucha en contra de esa forma de gobierno, el PRD nació para terminar con el presidencialismo absolutista y autoritario, para construir un régimen político de instituciones democráticas, por eso, ahora, cuando vemos que se ataca al congreso mexicano, lo que en realidad se busca es volver al viejo sistema, al viejo régimen de un solo hombre decidiendo el futuro de millones, de un solo personaje decidiendo el futuro de millones. No, hay que fortalecer al congreso mexicano, y al Poder Judicial, y a la Comisión de Derechos Humanos, y a los municipios.
Ahora observamos un deterioro y un retroceso en la vida democrática, estamos terminando con el presidencialismo absolutista y vemos en los estados la reproducción de ese presidencialismo, pero desde los gobernadores, vemos señores feudales que deciden igual que lo hacía el Presidente de la República sobre la vida de los habitantes de su estado, y deciden sin consultar, y deciden sin procedimientos democráticos, sin procedimientos constitucionales. Lo que vimos en Coahuila o en Veracruz en las pasadas elecciones, o lo que vemos en Tamaulipas, es aberrante. Otra vez la concentración del poder en un solo individuo y la desaparición de las instituciones democráticas.
Hay que terminar con ese régimen político de concentración unipersonal del poder, esa es la verdadera reforma del estado, para construir instituciones democráticas y un régimen republicano de separación y de equilibrio entre los poderes.
LJA.- ¿Qué va a hacer el presidente nacional del PRD para limitar el poder de los señores feudales, cuando muchos de ellos son perredistas?
JOM.- El fenómeno es generalizado, tienes toda la razón, abarca a todo mundo, y ¿qué es lo que haremos nosotros? En primer lugar, aplicar el programa, buscar que nuestros gobernantes apliquen el programa del PRD y el programa del PRD conlleva intrínsecamente no el ejercicio de un poder unipersonalizado sino el ejercicio de un poder democrático: Fortalecer los congresos de los estados, fortalecer los municipios, no al presidente municipal, porque ahí está otro gran error: en México no hay un poder del presidente municipal, en México el sistema municipal es de cabildos, es decir, de una conducción colectiva de los municipios. Y sin embargo, la inercia presidencialista conduce a que el presidente municipal sea el único que decide las cosas, al margen del cabildo. El cabildo es una institución históricamente colectiva, desde que se constituyó el cabildo en América, el primero, en Veracruz, es una instancia colectiva, y la tradición de España es colectiva, de cuando las cortes de Cádiz. Pero la tradición en México ha hecho que el gobierno municipal se convierta en el gobierno de un solo hombre y el gobierno del estado se convierte en el gobierno de un solo hombre, y el gobierno federal se convierte en el gobierno de un solo hombre. Esa visión de tutelaje sobre el pueblo de México, debe de cambiar para constituirse en un país de instituciones democráticas, y de decisiones colectivas, por eso, otra de las cosas que vamos a impulsar será el referéndum y el plebiscito, formas de decisión directísimas.
Hay temas de la mayor importancia en los estados, en los municipios y en el país, que no debe tomarlas solamente un individuo, a veces ni un grupo de individuos en el congreso, sino que debe tomar la gente, con su voto. Ya hemos propuesto el referéndum y el plebiscito, pero claro que hay resistencias de los que quieren seguir el régimen unipersonal de concentración del poder, pero vamos a empujar las formas de democracia directiva. Y tercer elemento: el gran problema del sistema político mexicano es la débil ciudadanización. En México todavía no logramos que los ciudadanos asuman sus derechos como ciudadanos y sus facultades como ciudadanos, participar en la vida pública, en la vida política, incidir en los asuntos del Estado nacional e incidir en los asuntos del gobierno. La ciudadanización no solamente se logra yendo cada tres años a depositar un voto, la ciudadanización es una participación constante y permanente de las personas mayores de 18 años en la vida pública y en la vida política del país.
Creo que esos serían saltos cualitativos y no hay bienestar económico, estoy completamente seguro de eso, y no hay desarrollo económico del país, si no se da en el marco democrático. Tenemos 25 años sin crecimiento económico, y una parte de las causas de esos 25 años sin crecimiento económico, es un régimen político todavía sin instituciones democráticas, y sin ciudadanización plena en el país, en la nación.
LJA.- Hablando del proceso de ciudadanización, los partidos políticos especialmente en este caso el PRD tiene un programa de formación política prácticamente inaplicado. ¿Cuál va a ser la tarea en ese sentido?
JOM. Tienes toda la razón, es un enunciado pero inaplicado ese enunciado. Por una razón, porque en el PRD pensábamos que todo se iba a solucionar cuando en lugar de que el Presidente de la República fuera del PRI, lo fuera del PRD, y luego, que todo se solucionaría si el Presidente de la República del PAN, fuera del PRD; la verdad es que sí nos importa que ganemos la Presidencia de la República, pero más debe importarnos que se democratice la vida social y política y económica del país, y por lo tanto hemos olvidado la educación política. ¿Qué voy a destinarle yo? Primero, la parte que por ley está obligado el PRD a hacer educación política. Cometimos aberraciones como las siguientes; no aplicamos dinero para la educación política, ¿y qué pasó? que nos lo recogió el IFE. Fíjate que aberrante, no lo aplicamos, y nos lo recogió el IFE. Dinero para una publicación constante, permanente para informar a la opinión pública, no lo aplicamos, no tenemos una publicación constante, diaria; tenemos una revista que sale mensual, que lee poca gente, debo decirlo; y entonces, yo voy a decidir que se agote todo el dinero destinado a la formación y a la educación política y a las publicaciones.
Pero voy a hacer del Instituto de Formación Política una gran institución y una fundación como la que tienen los grandes países europeos y algunos países de Latinoamérica, algunos partidos de izquierda de Latinoamérica, una fundación para que haya debate, para que haya reflexión, para que haya discusión, y esta fundación no en la capital, sino expresada en los municipios, ese trabajo expresado en los municipios y expresado en los estados de la República. Énfasis e importancia a la formación y a la educación política y democrática de los mexicanos.
LJA.- Y ¿para desarrollar esos programas, no va a dejar que lo coman los tiempos electorales?
JOM.- No, porque los tiempos electorales, si queremos cubrirlos bien, implica formación y educación política. La lucha electoral no está al margen de la formación y la educación política, o, yo lo diría al revés: la formación política es intrínseca a la lucha electoral. A veces fallamos en la lucha electoral porque no hacemos educación y formación política. ¿Cuál es la esencia de la lucha electoral en México y en el mundo? La esencia es convencer a los ciudadanos de que tu propuesta es mejor que la de los otros partidos, y cuando lanzas a los compañeros a que hagan campaña electoral, debes lanzarlos armados con las ideas y las propuestas del PRD, no los lanzas a repartir un volante que a veces nadie lee, y no los lanzas a pegar en un poste un cartel con la fotografía de un individuo donde la gente no hace diferencia de un cartel pintado de amarillo y uno pintado de rojo y uno pintado de azul.
Nosotros necesitamos armar a nuestros militantes con las ideas que proponemos, para que la gente vote por nosotros. La lucha electoral, a diferencia de la lucha revolucionaria, que la izquierda durante mucho tiempo intentó, se trata de convencer, no de imponer. En una revolución se impone, en una lucha democrática se convence. Necesitamos entonces, convencer a la gente, con militantes armados de ideas, que convenzan a la ciudadanía.
LJA.- Sin embargo ¿no es uno de los problemas del PRD que las corrientes que en un principio fueron ideológicas, que son más corrientes de poder, impongan a los candidatos?
JOM.- Sí, tienes razón. Así ha pasado y esa es una de nuestras deficiencias y nuestros errores. Las corrientes políticas no deben desaparecer, es imposible desaparecerlas, además, cualquier pretensión de desaparecerlas, va a terminar en fracaso, lo que tenemos que hacer es que las corrientes políticas recuperen la esencia de su origen, que es, el ser promotoras del debate, de la reflexión y de la discusión. Y ¿qué debemos de hacer en esta reforma del partido? Hacer que las corrientes no sean grupos de presión, y que se conviertan en espacios de reflexión y espacios de promoción del debate, y de la discusión. Es un gran reto, pero ese es el desafío, algunos compañeros dicen que hay que terminar con las corrientes, cuando intentar acabar con ellas es intentar terminar con el pensamiento. Es un absurdo, lo que necesitamos es convertir a las corrientes en espacios para el debate, para la discusión y para la reflexión. ¿Cómo se logra eso? Con educación política, con formación política, con discusión y con debate, no con decisiones unipersonales o parainstitucionales. Se necesita un debate como una práctica diaria de los militantes del PRD.