Es probable que se haya olvidado que durante la campaña presidencial del 2006, se atacó, furibundamente, a Andrés Manuel López Obrador, por la construcción de los puentes de los Poetas en Santa Fe. Que sólo privilegió a los automovilistas, que benefició a los pudientes, que había otras prioridades de corte social por atender, que había poca transparencia en las licitaciones, que los costos estaban inflados, que se beneficiaron a unos cuantos empresarios de la construcción. Los mismos reclamos se replicaron con la construcción de los segundos pisos, argumentando que no se resolvería en nada el problema del tráfico vehicular.
Otro frente de ataque fue el del endeudamiento público. Se cuestionó la capacidad de pago y una vez limitado el techo de endeudamiento por el congreso de la unión, apostando por el aborto de los proyectos, se dudó que a través de ahorros presupuestales, sin afectar programas sociales prioritarios, se lograran materializar las obras en cuestión. La mayoría PRI-PAN buscó la forma de debilitar a AMLO, recortándole presupuesto.
Es también probable que se olvide que en la 59 legislatura local (o sea la anterior), un solo voto definió la autorización de endeudamiento por parte del ejecutivo por 2,000 millones de pesos, de los cuales se comprometieron 1,500 de ellos en una acción rápida antes de que la corte declarara la inconstitucionalidad de la sesión de aprobación, pero que ya no tuvo efectos retroactivos puesto que ya se había firmado el empréstito.
No es probable sino seguro que ya se olvidaron los nombres de los legisladores que aprobaron la solicitud de endeudamiento y que argumentaron a su favor que darían estrecho seguimiento y vigilancia a la aplicación de los recursos. Que impedirían cualquier desviación en el destino de los dineros. Que exigirían transparencia y bla, bla, bla. Insisto, ¿alguien se acuerda de Ellos?
Pueblo que olvida su historia, esta condenado a repetir sus errores………y la historia se repitió.
Hay otros actores y otros ingredientes. Son otros los legisladores y el mismo ejecutivo y en combo, el alcalde de la capital. El mal ejemplo cunde; los demás alcaldes del interior, también quisieron deuda. No cabe duda de que el dinero quita lo feo y oligofrénico.
No hubo empacho en declaraciones de los legisladores al afirmar categóricamente, al mas puro estilo de La Pasionaria: “No Pasará”. Los lideres de fracciones parlamentarias, PRI y PAN se rasgaron las vestiduras y condicionaron reporte de aplicación de recursos de endeudamientos anteriores. Exigieron sensibilidad social al ejecutivo con programas que beneficiaran directamente a la población, sobre todo a la más necesitada de apoyos.
Los cabildeos de parte del Ejecutivo Estatal y del ayuntamiento de la capital estuvieron a la orden del día, tratando de convencer a la "representación social" de las bondades del endeudamiento y de no poner en riesgo las finanzas publicas.
Se aprueban los endeudamientos y se inician las justificaciones. Resulta que, siempre sí, hubo informes de la aplicación de los recursos de los empréstitos anteriores: una muestra de ello es que el líder de la fracción del PRI regaña a todos aquellos que afirmaban que no los hubo, que a Él si se le informo, por parte del secretario de finanzas, que una parte cercana a los 800 millones se utilizaron en compra de reservas territoriales del estado, aunque nunca especificó donde, cuanto o para qué. Del resto, otros 700 millones, solo Él tiene la información.
Cuando los costos en un negocio se incrementan, sobre todo los costos financieros producidos por intereses de un crédito, una salida, aparentemente fácil para amortizarlos, es el incremento de precios en los productos. Imagínese, usted lector, de donde saldrán los recursos para pagar capital más intereses de los créditos aprobados. Le doy algunos tips: ¿le parece que se privatice la recolección de basura o el alumbrado publico, aumento de predial, parquímetros, multas de tránsito, o que le parece que de despedida se vuelva a plaquear o se concesionen los ceresos?
De cualquier forma, el producto se va a encarecer y Usted y Yo tendremos que pagar.
¡Que importa!, Ellos, tanto los funcionarios como los representantes se van y todas las promesas de seguimiento y auditorías y vigilancia se van al basurero, nosotros quedamos cargando el bulto. El tiempo que les queda, eso si, se pasearán los sufridos legisladores en auto del año, también pagados con los recursos públicos.
Señores diputados y autoridades(los que propusieron y los que aprobaron la deuda), sigan apostando a la desmemoria, pero nunca piensen que el pueblo es estúpido. Por esta ocasión y probablemente otras más, el pueblo pagará, pero también llegarán ocasiones en que el pueblo cobrará. Ustedes, estén donde estén, pagarán la deuda social pendiente. n