El viernes 19 de septiembre del presente año, un sector de la población de León, Guanajuato, vivió momentos de angustia y terror cuando se enfrentaron policías, militares y preventivos de esa ciudad con un grupo de sicarios. Frente a la escaramuza, alrededor de 25 ciudadanos corrieron a refugiarse en el baño de una gasolinera cercana y a la espera de su rescate por parte de las fuerzas policiales. No obstante, otros no corrieron con la misma suerte del refugio y fueron baleados durante el fuego cruzado. A pesar de lo intenso de la balacera, sólo hubo heridos, tanto civiles como uniformados y sicarios.
El grupo de sicarios se trasladaba en convoy de seis unidades, mismas que a la postre fueron incautadas. Después de la balacera, se decomisaron AR-15, pistolas de grueso calibre, granadas y lanzagranadas, uniformes tipo militar, en fin, todo un arsenal el que cargaban y utilizaban los delincuentes. Aparte, váyase usted de espaldas, ¡atraparon a los delincuentes! Nada más 15.
Bien por las policías y ejército.
Lo más sorprendente del caso es que en las primeras declaraciones de los llamados sicarios, manifestaron que cobraban entre 2 y 3 mil pesos a la quincena. Sí, leyó bien: 4,000 a 6,000 pesos mensuales por trabajar en ésa plaza. Por el tipo de enfrentamiento con las fuerzas del orden, evidenciaron que por esas cantidades estuvieron dispuestos a matar o morir. Por fortuna, tuvieron mal tino tanto ellos como los policías.
Vidas paralelas: el jueves 11 de diciembre del presente año, un sector de la población de Aguascalientes, Ags., vivió momentos de angustia y terror cuando un grupo de sicarios tienden una emboscada a mandos de la policía antisecuestros. La diferencia: aquí si hubo un muerto, que a decir de las autoridades, no era el objetivo. Pero también hubo civiles heridos, entre ellos un niño de seis años que viajaba en taxi con su madre y cuyo estado de salud se considera como grave.
Sin confirmarse a plenitud, parece que hay un detenido.
Testimonios de residentes de Guadalajara, Colima, San Luis Potosí, Morelia y Zacatecas afirman y confirman que en esos lugares se repiten escenas similares a las arriba narradas y que tienen a las poblaciones en un clima de tensión e inseguridad, ya no como victimas de un delito sino con el temor permanente de encontrarse en medio de un enfrentamiento. De Tijuana y Cd. Juárez no es necesario obtener testimonios por razones más que obvias.
No hace mucho pudimos ver aquí un gran despliegue en medios acerca del informe del Sr. Gobernador sobre el cumplimiento al 100 % los compromisos adquiridos en el acuerdo para la seguridad, la legalidad y la justicia y con fecha de caducidad de 100 días. Casualmente los demás gobernadores, reportaron exactamente lo mismo. Los hechos dicen lo contrario.
Vea usted, lector, si no. Un hecho vergonzoso que bien puede ser la muestra de que la mentada guerra contra la delincuencia organizada no es un juego de policías y ladrones y juzgue usted en donde se puede empezar a remediar el grave problema de la inseguridad. Algo tiene de validez la ya mítica “operación limpieza”. Si tiene acceso a internet, abra la siguiente página que corresponde a un video grabado en la procuraduría general de justicia del estado de Puebla, donde la protagonista es justamente la titular de la dependencia:
http:www.eluniversal.com.mx/graficos/animados/videos/videoprocu.html
Le garantizo rabia, asco, impotencia, coraje.
Otro botón de muestra es el caso del cateo a la casa del desierto de los leones un la Ciudad de México, donde el ex comisionado de la PFP deja que el narcotraficante apodado “el conejo”, colombiano que servía de enlace de los Beltrán Leyva, se escape y no conforme con la acción, se apropia de dinero, joyas, hasta de un cachorro de perro.
Ahora, que en toda la república están revisando los congresos locales las leyes de ingresos y presupuestos de egresos, observamos aumentos en las partidas destinadas a seguridad. Montos sin precedente. Compras de patrullas, armamento, cámaras de video, helicópteros, etc., serían el destino de los recursos. No se ve por ningún lado, presupuesto para labores de inteligencia.
No es creando lazos ni compartiendo responsabilidades como se abatirán los índices delincuenciales . Hay que puntualizar que una de las funciones primordiales del estado, es proporcionar a la población seguridad en sus personas y en sus bienes. La coadyuvancia de la sociedad es importante, pero la obligación no se puede ni debe eludir ni transferir.
Hay que recordar que existen quienes por 2 ó 3 mil pesos quincenales, están dispuestos a morir y a matar.