El Mecanismo es otra serie brasileña en Netflix. Con todos los clichés incluidos: corrupción, todos los personajes con cuerpo y rostro de modelo, harto sexo, desnudez parcial y muchas pronunciaciones deliciosas. Hasta ahora, los creadores brasileños tienen mejor récord crítico que los mexicanos en el servicio de streaming, ya que la mencionada es tan celebrada como la otra serie (3%), un drama distópico de ciencia ficción al estilo de Hunger Games, con todo y veinteañeros interpretando a adolescentes.
José Padilha, quien dirigió Robocop (el remake) y el piloto de Narcos, es el artífice visual de Mecanismo. Esto otorga un estatus por el que mataría cualquier serie gringa y en realidad cualquier drama cinematográfico, ya que la serie es un deleite. Yo sé muy poco de fotografía, pero es que Padilha y su equipo (incluídos los otros directores) vuelven interesante hasta una noche de oficina. Insisto en el estatus, porque la trama en malas manos podría ser una producción telenovelesca de O Globo o, peor, al nivel de una narco serie de Telemundo.
Como seguro ya leíste por ahí, la trama va del escándalo de Lava Jato, aquel que acabó por acabar con la carrera política del ex presidente Lula da Silva y exponer la corrupción en la paraestatal Petrobras. Yo esperaba otra historia moral con a) políticos honestos, o b) periodistas sin descanso, pero resultó agradable ver que los héroes eran los jueces, fiscales y agentes de policía que llegan al fondo del caso. No te equivoques, no es algo tipo 24, sino un rollo más de salas de conferencias y largas secuencias de exposición de los protagonistas bajo luz tenues. Y sorprendentemente no es aburrido, sino tenso e impactante.
Podré sonar mustio en extremo, pero me parece que el eye candy a lo largo de la serie sobra un poco, con al menos dos escenas gratuitas de sexo y bastante desnudez. Es más, hasta cuando un personaje de aproximadamente treinta años, del sexo femenino y madre de familia es presentado; esto sólo es luego de un paneo a sus nalgas en una tanga mientras duerme. Tal vez peco de feminista farol de segunda oleada (que yo sólo soy un principiante) pero la exposición nunca es igual con personajes del sexo masculino. Y en ambos casos, sobra.
Leí algunas notas que acusaban a Netflix y Padilha de haber lanzado la serie en un momento politizado, ya que la misma semana se dio a conocer que Lula iría a prisión, pero soy de los que piensan que un producto de ficción tan cuidado y on the nose poco podría hacer ante la opinión pública.
Por supuesto, a todos nos surge la misma pregunta, quién tendrá los huevos de llevar a la pantalla cosas como La Estafa Maestra, el caso Duarte o el supuesto y presunto desvío de 12 millones en la Sedesol de Meade con el recurso para ancianitos. ¿O somos muy puritanos en México?
paco@bocadillo | @masterq