- Los liberales del siglo XIX llevaron su lucha política hacia la realización de los ideales que buscaban transformar los fundamentos de la estructura social, económica y política de la nación
En el marco de las actividades del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México que conmemoran los 160 años del inicio de la Guerra de Reforma, el doctor José Herrera Peña ofrecerá la conferencia La generación de la Reforma Liberal, el este miércoles 24 de enero, a las 18:00 horas, en la sede de la institución, calle Francisco I. Madero 1, San Ángel.
Los liberales del siglo XIX, a partir de la segunda mitad de la centuria, llevaron su lucha política hacia la realización de los ideales que buscaban transformar los fundamentos de la estructura social, económica y política de la nación.
Con el triunfo de la República, Benito Juárez logró la consolidación del Estado republicano, federal y laico. Todas estas transformaciones se dieron gracias al conjunto de hombres que conformaron la generación de la Reforma liberal, entre los que destacaron, en primer término Benito Juárez, Melchor Ocampo, Francisco Zarco, Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, Vicente Riva Palacio e Ignacio Ramírez, más otros liberales igualmente comprometidos.
El triunfo de la Revolución de Ayutla, en agosto de 1855, que terminó con el último gobierno de Santa Anna (1853-1855), de carácter dictatorial, abrió la perspectiva para los liberales mexicanos de dar solidez al proyecto de una nueva sociedad y un Estado moderno. El primer acto de gobierno consistió en convocar a un congreso que debería tener carácter constituyente y en 1857, alcanzaron una Constitución que sentó las bases de un Estado moderno y laico.
Sin embargo, la reacción de los conservadores a la promulgación de la nueva Carta Magna no se hizo esperar, y con el apoyo de la Iglesia, el Ejército y quienes detentaban el poder económico, de 1858 a 1860 tuvo lugar una terrible guerra civil en México, conocida como Guerra de Reforma.
Por tres años, el país vivió la gestión de dos gobiernos: uno de hecho, con residencia en la Ciudad de México, y otro de derecho, representado por Benito Juárez, con sede en Guanajuato, Guadalajara, Manzanillo y finalmente, Veracruz.
A pesar de los sucesivos triunfos de los conservadores, el gobierno liberal dictó las Leyes de Reforma, en medio del fragor de la guerra.
A Melchor Ocampo debemos una de las estampas más pulcras de los liberales de su época: “Los liberales se extienden en la teoría hasta donde llega su instrucción, y en la práctica hasta donde alcanza la energía de su carácter, la sencillez de sus hábitos, la independencia de sus lazos sociales o de sus medios de subsistencia. Nosotros no estamos aún bien clasificados en México, porque para muchos no están definidos ni los primeros principios, ni arraigadas las ideas primordiales: buenos instintos de felices organizaciones, más que un sistema lógico y bien razonado de obrar, es lo que forma nuestro partido liberal”.
Con información de la Secretaría de Cultura