- El objeto del peritaje no es la vida sexual ni social de las víctimas, sino el análisis del contexto previo de violencia de género
- Casos de feminicidio normalmente son tratados desde los estereotipos de género, donde se culpabiliza a la víctimas
La importancia de los peritajes sicosociales con perspectiva de género en casos de feminicidio es que conforman parte de las pruebas que se presentan en la investigación, y que da cuenta del contexto de violencia de género previa, lo que permite reconocer el tipo penal de feminicidio o sus variantes, así lo reconoció Ximena Antillón Najilis, especialista en acompañamientos sicosociales en casos de feminicidio y violaciones a Derechos Humanos, durante su participación en la séptima sesión de la segunda etapa de la Clínica Jurídica especializada en Derechos Humanos y Perspectiva de Género del Observatorio de Violencia Social y de Género del Estado.
Sin embargo, también reconoce la especialista, estos peritajes tienen aportes extrajurídicos, porque permiten dar un lugar de escucha a las víctimas, a las familias que son a su vez víctimas, un lugar de escucha del dolor, de reivindicación de su verdad, de la verdad de las víctimas, porque estos casos de feminicidio normalmente son tratados desde los estereotipos de género, donde se culpabiliza a la víctimas, donde se le estigmatiza, se responsabiliza a la familia y entonces encuentran en este proceso un lugar de escucha, de respeto a su dignidad, de reconocimiento de su lucha, puntualizó Ximena Antillón.
Este proceso además tiene un tercer valor, de acuerdo con Antillón Najilis, un valor didáctico cuando se dirigen a los jueces y también a la sociedad para explicar cómo la violencia de género mata, cómo el feminicidio es resultado de la violencia de género y de todas las omisiones y los obstáculos que encuentran las mujeres cuando denuncian este tipo de violencias.
Aún existen múltiples retos en relación con la elaboración de los peritajes sicosociales con perspectiva de género en casos de feminicidios. Uno de ellos, de acuerdo a la especialista, tiene que ver con el hecho de trabajar con el dolor, el dolor a flor de piel, el dolor en carne viva de las familias frente a un duelo traumático, abrupto; esto también significa, continúa Ximena Antillón, que las personas que elaboran este peritaje tienen que tener la capacidad de escuchar ese dolor, porque si no uno se convierte en burócrata, la elaboración no es como llenar un check list, de que la gente tiene estos y estos síntomas, enfatiza la ponente, sino de escuchar ese dolor y poderlo traducir a un lenguaje técnico y al mismo tiempo acompañar ese dolor y su proceso.
También, destaca Najilis, existen otros retos, varios tienen que ver con el propio bagaje conceptual que se tienen para dar cuenta de esos daños, ya que la mayoría de ese lenguaje está cargado de estereotipos de género, entonces la labor es encontrar conceptos, referentes teóricos que permitan explicar los daños que tienen que ver con un contexto de violencia de género, entender la vivencia traumática del feminicidio, de la muerte violenta de una mujer y cuyo proceso de duelo continúa y se enfatiza con la violencia institucional que enfrentan las víctimas y sus familiares cuando buscan justicia
Hay otro desafío que tiene que ver con que la víctima se convierte en la acusada, ya que muchos de los peritajes, sin perspectiva de género, se utilizan para reproducir los estereotipos en contra de las víctimas, entonces, refiere la investigadora en Fundar, cuando se abordan con perspectiva de género se debe revertir eso y explicar que el objeto del peritaje no es si la mujer tenía esta u otra conducta, no se trata de su vida sexual, ni de su vida social, sino del contexto previo de violencia, para desinstalar esta reproducción automática de los estereotipos de género en los peritajes institucionales, que revictimizan, señaló.
Con información del Ovsga