Hace algunas semanas atrás, un correo electrónico de la Embajada de México en Chile llamó especialmente mi atención haciendo referencia al tema “Voto desde el extranjero”, esto con base en las próximas elecciones a llevarse a cabo en diferentes entidades del país y referentes a diversos cargos públicos, entre estas entidades la elección a gobernador para Aguascalientes. Al estar dado de alta en el padrón electoral de dicha entidad, aunque sea nacido en la recién denominada CDMX -Ciudad de México- tengo derecho a votar por las autoridades del estado, casualmente la elección pasada para gobernador de Aguascalientes en 2010 tampoco me encontraba en la entidad y estaba en la ciudad que regía como jefe de Gobierno un tal Mauricio Macri, ahora presidente de Argentina.
Para ese entonces en la elección de gobernador no era posible votar desde el extranjero, el desaparecido IFE ahora rebautizado INE (Instituto Nacional Electoral) no había aprobado el voto para mexicanos fuera del país en elecciones que no fueran la presidencial, por lo cual tuve la enorme fortuna de la abstención obligatoria, y que bueno que así fue, abiertamente puedo decir; ¡yo no lo vote!
Lo que dicho correo electrónico me informaba es que los aguascalentenses -o las personas registradas en el padrón electoral del estado- residentes en el extranjero tienen derecho a votar el próximo 5 de junio, esta es la primera ocasión que se podrá ejercer el derecho al voto extraterritorial de acuerdo con el artículo 12 párrafo II de la Constitución Política del estado de Aguascalientes que el 28 de julio del 2014 se publicó en el Periódico Oficial del estado, pero el derecho viene cercenado ya que solo contempla el poder hacerlo en la elección para gobernador dejando fuera el sufragio de alcalde y diputados al Congreso local.
Para nada entusiasmado por la elección pero si por el derecho a ejercer el voto navegaba por la página web del IEE (Instituto Estatal Electoral) donde se me indican los pasos necesarios para poder votar en este caso desde Santiago de Chile -los pasos y los trámites son los mismos para cualquier persona que se encuentre en el extranjero- torpemente pensé que al ser todo tan digital y a través de Internet la burocracia no estaría presente, me equivoqué. Una vez siguiendo una serie de pasos en línea, datos, información y de consultar los requisitos estos tenían que ser cubiertos antes del 15 de marzo, es decir 81 días antes del día de la votación, para iniciar mi solicitud de inscripción a la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero debía llenar e imprimir la petición, tener la papelería requerida que acredite mi identidad, el comprobante de domicilio en el exterior y enviar la documentación, previamente haber escaneado o fotografiado los archivos y adjuntarlos en el sitio web para voto extranjero. El comprobante de domicilio será para el envío del paquete electoral, es decir, ¿el IEE me enviará un paquete electoral desde Aguascalientes hasta Santiago o cualquier lugar del planeta donde este un aguascalentense queriendo votar por alguna de las figurillas para gobernador?
Sí, así es, se votará a través de correo postal, una vez inscrito en internet y aprobado los documentos se enviará al domicilio un paquete electoral con la boleta para la elección de gobernador, boleta en la cual se hará el voto y se volverá a enviar dentro de otro sobre que se encontrara en el mismo paquete electoral y que cuenta con el importe ya pagado por parte del IEE. Así que me inscribo por medio de un software en internet, pero el voto es en papel, envió mis documentos por plataforma electrónica y el voto por correo tradicional, y solamente puedo votar por el cargo de gobernador, ¿pero este envío de documentación electoral Aguascalientes-Santiago y de vuelta Santiago-Aguascalientes cuánto le cuesta al IEE? ¿cuánto le cuesta al estado el derecho al voto en el extranjero? ¿valdrá la pena votar por alguno de los candidatos?
Para poder ejercer algunas respuestas es necesario remitirnos a la información de elecciones anteriores con voto en el extranjero, al ser la primera vez que en Aguascalientes se ejercerá esta posibilidad no hay cifras previas, sin embargo, nos orientaremos con los números de los anteriores procesos electorales para presidente, según información del propio INE, en el proceso electoral de 2005-2006, donde por primera vez se pudo votar desde el extranjero -sólo para presidente- el gasto por cada voto fue de siete mil 195.6 pesos, mientras que cada voto en territorio nacional tuvo un costo de 65 pesos, así es como un voto desde el extranjero representó un costo 110 veces mayor. El gasto total fue de 238.4 millones de pesos.
Ya para 2012 -el último dato de referencia- cada voto desde el extranjero tuvo un costo para el IFE de cuatro mil 945.5 pesos, contra los 78 pesos que costó cada voto dentro del país. Es decir, mi voto desde el extranjero equivale casi a 64 votos mexicanos dentro de territorio nacional, ¿mi voto desde Chile es económicamente funcional? ¿mi voto desde Santiago es éticamente necesario? ¿vale la pena mi voto de cuatro mil 945.5 pesos por alguno de los candidatos a gobernador? ¿mi derecho a votar es una erogación que podría destinarse a programas sociales, culturales, educativos?
Para responder estas preguntas es necesario hacer algunos análisis comparativos, el salario mínimo en México es de 73.04 pesos, un voto en territorio nacional equivale al pago de un día de trabajo. El salario mínimo mensual de la Ciudad de México es de dos mil 220 pesos aproximadamente, según la Encuesta Nacional de Empleo 2015 reveló que 7.6 millones de mexicanos perciben el salario mínimo, siendo los trabajadores del país los que perciben el sueldo más bajo en la región latinoamericana de acuerdo a datos del Banco Mundial.
Tomando como base la elección de 2012, un voto en el extranjero equivalió a 67.7 salarios mínimos, o bien serían dos meses y una semana de pago para cualquiera de los 7.6 millones de mexicanos que lo perciben. Sí, leyó usted bien ¡dos meses y una semana de pago es lo que cuesta mi voto desde el extranjero!
Después de sacar estas cifras, la idea -derecho- de votar por el futuro gobernador de Aguascalientes ya no me parecía ni remotamente atractiva, en primer lugar el tema del registro en internet con al menos una decena de pasos para después acabar con un método de votación tradicional, no cuestionare o propondré el uso de software en un sistema electoral como el mexicano –aún tengo fresco el caso Hildebrando-, en segundo lugar y lo que más me atormenta, es el costo que implica mi derecho de ejercer el voto cuando más de la mitad de nuestra población vive mensualmente con mucho menos del costo de ese voto, me parece indigno ejercer este derecho que le cuesta tanto sobre todo a los más vulnerables ya que ese recurso podría ser destinado a educación, salud, vivienda, en donde los recortes presupuestales están a la orden del día. ¿Merezco que se invierta en mi voto un costo 64 veces mayor sólo por el hecho de estar en el extranjero? ¿económica y moralmente vale la pena votar por alguno de los candidatos a gobernador?
Esta última pregunta es la que realmente le dio el peso a mi decisión; los candidatos a gobernador. Por un lado un perfil hecho a la medida de la institucionalidad y la vieja guardia -dicho esto como defecto- aunque se autodefinan como “la nueva política”, pero que en realidad siguen inmersos en un partido autoritario, corrupto y alineado a las cúpulas de poder, bastó una sola persona para develar la débil, pero costosa escenografía, esta persona no fue un intelectual, un periodista, un investigador, ya ni siquiera un oponente, una ama de casa desestabilizó la construcción de al menos un par de décadas y de ahí surgió espontáneamente el pensamiento duro del partido; la imposición, la orden, la manipulación electoral y la subordinación de los trabajadores, los sindicatos, los maestros, de ahí surgió el “Vas a votar por los dos, vas a votar por los dos”, una orden, punto. Ahí se asomó el rostro de la vieja política -no de la candidata, sino del pensamiento ideológico de su partido, de su formación- el no soportar el cuestionamiento, el querer seguir tapando las voces, los micrófonos, las vías de expresión, el poder que utiliza al ciudadano, lo lleva, lo arrastra, lo empodera temporalmente y después, si este le cuestiona, se le abyecta y se le confronta “¿A eso vienes?”, el partido-poder te pone la mano en el hombro y te lleva fuera del templete –en el más inocente de los casos- el reclamo es descalificado y se asume entonces su falta de valor, el ciudadano no puede cuestionar el status quo, el ciudadano sólo les sirve para votar. Después como indica el manual institucional del partido se pedirán las disculpas en turno y se hablara de un “dialogo abierto” con la ciudadanía, haciendo unidad entre ellos y evitándose la confrontación y disidencia interna, confrontación que tanto les ha hecho falta e impunidad que tanto mal le ha traído al país, por eso se alienan, se solapan, se unen y no se encaran entre ellos, se protegen a toda costa sean corruptos, traficantes, pederastas o negligentes, “cierran filas” en actitudes más de la mafia que de un partido político.
En el otro perfil un conservador artificial, de torpe habilidad para dejar fuera de la contienda interna de la acción a su compañeros de partido, los andamios de su rupestre “ascenso” político quedaron también de manifiesto sacando a la luz pública los amigos del abecedario sea el “Señor W” o las “zutanitas X, Y o Z”, se muestra el actuar ideológico de ese partido en las décadas anteriores, un partido especulativo, de entramados empresariales y lavado de dinero, de una derecha dura y rancia, aprendiz de mañanas y corruptelas que pensó que sólo así podría competir y ahora fundó sus propias pandillas de tráfico de influencias, de financiamiento con recursos públicos y de decadencia de candidatos, los conservadores parecen liberales entre copas y poligamia, su candidato local es la figura perfecta de esta decadencia moral del partido moral, “Que a toda madre” mientras le venden al electorado la imagen cándida de la transparencia y la familia, un partido en acelerada putrefacción en donde “las ilegalidades, son ilegalidades por eso no se contestan” y que le han costado al país miles de desaparecidos y de muertes ante la ineficiencia de sus cuadros políticos más preocupados por la imagen en el coche y el ascenso empresarial que por el electorado, en donde enarbolan que un ciudadano puede hacer política siempre y cuando ese ciudadano pertenezca al círculo elite, donde el sello de la casa fue la guerra sucia y cuando esta no supera a la del “competidor” se está en problemas. En donde ya está “todo arreglado” para que participar si ellos ya lo hablaron, ya tienen sus planes de acción antidemocráticos, anticipando el movimiento del casual oponente también antidemocrático, porque es posible que si el poder monopólico peligra se unan en “alianzas” sus partidos en cualquier momento para mantener la “estabilidad” de un sistema político corrupto y decadente.
Al final no tenemos candidatos sino peones, exponentes puros y legítimos que encarnan fielmente la ideología descompuesta y podrida de los partidos que representan, por ello decidí no tirar cuatro mil 945.5 pesos en un voto desde el extranjero para legitimar un sistema electoral colapsado en una incipiente y amafiada democracia local, decidan pues ustedes, -sino es que ya está decidido-.