En la guerra se dan besos, ya no se pelean
Hoy las gallinas mugen y las vacas cacarean
Las lombrices y los peces pescan los anzuelos
Se vuela por el mar y se navega por el cielo
En la academia militar enseñan medicina
Y los banqueros ahora harán vivienda y comida
Ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo
Gracias a ti y a tus ojos
Calle 13, Silvio Rodriguez
(Fragmento de “Ojos color sol”, Multi Viral, 2014, CD)
En estos días dentro de un ejercicio académico de Diseño relacionado a la innovación nos concentramos en los puntos centrales de ésta -que profundizaremos en otra ocasión- como lo son; Ciencia + Tecnología = Equidad Social + Desarrollo Sostenible + Desarrollo Económico.
El ejercicio consta en tener en cuenta la gran línea histórica que el ser humano ha trazado para llegar a los objetos, servicios y productos actuales. “Nada es original”, y una vez que eso se comprende es posible ver al diseño y la tecnología como el resultado de un proceso histórico lento, devenido en las diversas etapas de la humanidad, de cada uno de los órdenes económicos del mundo y su relación con los sistemas productivos, con las ideologías políticas, las transformaciones culturales, las modas, los cambios climáticos, el manejo de los recursos, los descubrimientos y el propio desarrollo del hombre como ser -desde su concepto filosófico-.
El ejercicio es simple, la complejidad está en establecer las conexiones que un objeto o servicio tiene en el desarrollo tecnológico, científico y social, y como resultante la innovación, cambios siempre impulsados por sociedades en crecimiento.
Pensemos en cómo será la vida transformada por medio del diseño dentro de 32 años, no es un delirio pensar en esto -la expectativa de vida para un mexicano es de 77 años-, a algunos nos tocará ver este futuro, sin embargo para establecer las bases del ejercicio debemos dar un vistazo del panorama 32 años atrás.
Situémonos en 1983, el año del jabalí en el calendario chino, designado el Año Mundial de las Comunicaciones: En Venezuela se inaugura el metro de Caracas, en Bolivia es arrestado el nazi alemán Klaus Barbie el Carnicero de Lyon, se reanudan en Ginebra las negociaciones soviético-estadounidenses para la reducción de armamento estratégico, la ciudad de Popayán en Colombia es destruida por un terremoto, el papa Juan Pablo II retira la condena de la Iglesia católica contra Galileo Galilei, en Inglaterra el partido Conservador de Margaret Thatcher gana las elecciones, en la Habana el comandante Fidel Castro festeja el bicentenario del natalicio de Simón Bolívar, es asesinado el intendente de Santiago de Chile a manos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria mientras Pinochet sigue en el poder, gana Raúl Alfonsín las primeras elecciones democráticas en Argentina tras siete años de la sangrienta dictadura cívico-militar, la banda Soda Stereo recién cumple su primer año, Juan Gelman es investigado en una causa judicial imputado por su participación en Montoneros, el dirigente Tupamaro José Mujica lleva once años de prisión en el Uruguay, fallece el padre de un campesino y sindicalista boliviano llamado Evo Morales, Woody Allen estrena en Nueva York la película Zelig, nace una niña en el centro de México de nombre Ariana, se da el primer vuelo del transbordador espacial Challenger de la NASA, se lanza por primera vez al mercado el disco compacto, empieza el uso de gráficos por computadora en la televisión, la empresa Microsoft anuncia la primera versión de Windows denominada 1.0, es abarrotado el estadio Luna Park para la presentación del disco Clics modernos de Charly García, su tecladista es un joven rosarino llamado Fito Páez.
Es injusto, inútil y poco serio ver el mundo así hace 32 años atrás, pues así nos verán las futuras generaciones en el mismo lapso de tiempo, con escenarios inconexos aparentes y poco relevantes, la ciencia, la tecnología y los cambios sociales crean mundos que pocos imaginan.
Es posible que el mundo también resulte absurdo dentro de 32 años, el escenario será distinto; los drones (vehículo aéreo no tripulado) llevarán pizza a los hogares “inteligentes” con cerraduras a base de lector óptico o facial, reconocimiento de voz y escáner corporal para verificar la identidad de sus habitantes o visitantes, las carreteras de última tecnología estarán equipadas con paneles solares en lugar de concreto, los carriles iluminados con LED y celdas que generan electricidad con la fricción del vehículo el cual será eléctrico o solar ante la escasez de petróleo y los altos costos en nuevas fórmulas químicas de gasolina.
La población mundial estará rozando los nueve mil 100 millones -un incremento de más del 34 % -, los estudios médicos se realizarán por medio de imágenes moleculares para detectar enfermedades, se operará a distancia por medio de interfaces con máquinas de nanotecnología, también se operarán defectos y correcciones genéticas prenatalmente, se investigará arduamente el Cosmos y se generarán debates acalorados acerca de la existencia de seres superiores, que algunas culturas llaman “dioses”, estos “debates” habrán costado miles de vidas.
Se utilizará mapeo cerebral y la realidad aumentada será el verdadero opio del pueblo, cada persona será un zombi multiconectado con la realidad virtual y desconectado del entorno con lentes de inmersión total en videojuegos, música, telecomunicaciones, etc. La ropa será autoiluminada y podrá variar de patrón textil según se desee, las pantallas serán flexibles y portables, los teléfonos pequeñas membranas colocadas en la cien con sensores de voz, el touch habrá desaparecido, se podrá imprimir en 4D cualquier objeto o mobiliario, los partidos de futbol podrán verse en realidad aumentada mediante holografías. Todos estos conceptos se encuentran actualmente en desarrollo e investigación.
Con todo este mundo dentro de 32 años, tal vez -sólo lo supongo- al final del día las cosas no habrán cambiado tanto, las verdaderas cosas que siempre han valido la pena -al menos para unos cuantos, no siempre pocos- con toda la innovación en ciencia y tecnología lo más simple será lo más querido; valdrá la pena abrazar a los nuestros, ver salir el sol con la mujer amada, reír al lado de un niño, mirar la luna, caminar en una plaza, comer una frambuesa, leer un buen libro, escribir poesía, pintar el ocaso, buscar una boca y un lunar perdido, cobijarse del frío, mojarse en la lluvia, desnudarse con el calor, mirar una fotografía, recordar la felicidad y el amor que esa hermosa mujer te hizo sentir, recordar aquellos días y aquel once de febrero treinta y dos años atrás.