¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
Con sueños verdes no conviene ni soñar.
Sueñas un hada… y ya no debes nada,
tu casa está pagada, ya no hay que trabajar;
ya está ganada la copa en la Olimpiada,
soñar no cuesta nada… ¡qué ganas de soñar!
Salvador Chava Flores
Desperté crudelio por haberme echado bastos alipuses en el jolgorio de fin de año que estuvo de pocas tuercas y más que de gorrón andaba, me junté con mis camaradas en el cantón de uno de ellos, también con mis jefes, mi carnal, su detalle, sus chilpayates y pues toda la bandera; las tías, los sobrinos, los nietos y el titipuchal de colados y valedores del barrio, también con mi chancluda (mi peor es nada, mi chorreada, mi morra, mi jaina, mi muñequita de sololoy, la dueña de mis quincenas) que me trae de un ala la muy condenada, ella es un pavorreal y yo un humilde guajolote, pero ni hablar, mujer, traes puñal.
El reventón se puso suavena con su atole, lo primero es lo primero y a enjuagar el buche, refrescar el aliento con unas chelas bien helodias para abrir apetito y que la comida no caiga mal a la caja de los pambazos, con unos licores el alma aflora más bonito. Ya las tripas de la panza comenzaban a chillar, la solitaria andaba sin cadena y pos que llegan las cazuelas con romeritos, bacalao y un buen guajolote con relleno, y don Pepe el carnicero sorpresa nos iba a dar pues lo tacos que empiezan a pulular, tres de lengua pa’ empezar, otros tacos de suadero, seis de bofo y de cuajar, ya encarrerado el ratón me refine otros de ojo, tripa, gorda y corazón, ya no me quedaba espacio pa’l cachete, nenepil, el hígado y el riñón. Los mocosos tirando cuetes por todos lados, cebollitas, buscapiés y palomas, las luces de bengala pa’ los más rucos que alcanzaron a cargar los peregrinos.
¡Al tiro!, me dijo un camarada, que de limpios y tragones están llenos los panteones, pues por limpio no me iré ya que me baño cada sábado de gloria, aunque de tacuche andaba, y no es que sea tragón si yo traía la panza llena, pero llena de hambre. Pues después de llegarle a la comida siguieron más en forma los alcoholes y más que en estas fiestas nunca falta qué inflar y en la mesa de a poco van llegando las botellas, las penas con alcohol son menas y es hora de decir salucita. ¡Aunque mi cuate Nacho que es medio borracho se toma ese mugre tanguarniz que lo hace poner gis y luego no se sabe controlar mano!
Y que suenan las doce, el brindis con aguardiente, las palabras de buenos deseos y ahí que se me salen las lágrimas de cocodrilo y de mi chorro de voz ya sólo me quedó el chisguete, pero que se aviva el fuego y empieza el bailongo, a mover el bote, a sacudir el esqueleto, de cachetito con mi trompuda a ritmo de “Yo no olvido el año viejo” yo quería de cartoncito pero bailé las calmadas. Al chile que la pachanga seguía a todo mecate, ya entrados en calor empezamos el guiri-guiri, la raza seguía arrastrando los huaraches y cada loco con su tema, hablaba con mi compadre de temas importantes y que ¡vino la Reforma mano!; Aquí, el que no marcha es porque no se forma, porque aquí hay reforma para todo el país, ¡ya sabrás mamón lo que es bolillo! Llegaron unos colados muy fufurufos que se sentían muy popof que a nuestras chancludas empezaron a endulzarles el oído y asté zonzo que semos más y unas buenas trompadas se podían llevar, empezó la gritadera porque nos íbamos a trenzar a moquetazos pero alguien dio el pitazo y a la polecía le habló, llegaron los azules y todo se tranquilizó, calmantes montes alicantes pintos pájaros cantantes el agente nos sugirió, no vaya a ser el diablo.
Continuo ya la tertulia y el levantón de polvo a ritmo de la sonora, ya entrados en calor seguíamos cotorreando del año viejo, la onda tiene que mejorar y si no pos Dios sabrá, al mal tiempo buena cara ya que todas las cosas pasan por algo, y si no hay de piña pos de coco y ahí seguían los agüitados quesque la crisis, que ya no alcanza pa’ nada, que toda la violencia y la inseguridad pues el miedo no anda en burro, que la renta o sabe qué, que está de la fregada, que puro rata en el poder con la billetiza y pos sí; el dinero disfraza de sabio al pendejo. Pero ¡a mí, mis timbres!, si hay vida hay esperanza y mañana será otro día, a cada capillita le llega su fiesta y ya llegará la nuestra, no la rieguen, pues, les dije, sigamos en el jolgorio, hay bebida, hay comida, hay chamaconas, pos estos atarantados qué más quieren, lo demás es lo de menos, hay que darle gusto al gusto, semos felices como semos, total es tarea de Dios.
Y siguió el deshilacho ¡venga un abacho viejo traiga su vacho que hoy mojamos el mostacho porque yo voy a invitar! Así la noche hasta que empezó a cantar el gallo y ya todos bien pedernales hasta las manitas, todavía me dio la tripa pa’ entrarle a unos tamales, y le dije a mi negrita chula, así vendrá el futuro; de chile, de dulce o de manteca pero pos hay que chingarle no queda de otra. A lo que ella refunfuñó; -¡Ay, Bartolo, qué modotes! a dormir que mañana tienes que ir a chambear armando patas de hule y con lo que ganas no alcanza pa’l chivo, no te vayan a correr otra vez, ay, querubín, ya me sueño, Bartolo, ya me sueño, presumiendo abrigo de visón, al corriente del pago de la renta y al corriente del teléfono y la luz. –
Por ti trabajaré mi morenita idolatrada, por ti trabajaré, desperté crudo, sudado y exaltado, si el trabajo es salud que trabajen los enfermos, vi el almanaque y ya anunciaba 2015, ¡Ah, chingao, otro año menos!, hay orejas de pichón, este año nuevo comenzó, pediremos de amontón salud, dinero y amor, ¿que no quieres tu nieve de limón?