- La decisión del sector salud en cuanto a los ansiolíticos y antidepresivos será perjudicial para el estado
- La adicción al fármaco es fácil debido a que los médicos los prescriben sin hacer un tratamiento sicológico
Tras la declaración de Francisco Esparza Parada, secretario de Salud, sobre la prescripción de ansiolíticos y antidepresivos por parte de los médicos generales como una manera de evitar el suicidio en el estado, platicamos con Héctor Grijalva, médico neurólogo y psicoterapeuta gestalt sobre si es o no una buena medida para combatir esta problemática.
Para el especialista, estos fármacos son drogas desde el momento en que se manejan con descuido, ya que pueden ser adictivos, por lo que hay que tratarlos con mucha cautela.
“Es muy fácil convertirlo en adicción porque algunos médicos los prescriben sin hacer un tratamiento sicológico” para inhibir la depresión y la ansiedad, lo cual no resuelve nada en el paciente, al contrario, si no consume el medicamento el padecimiento continúa.
Existen personas que han durado años tomando medicina, lo que ha convertido a esta actividad en una farmacodependencia, lo cual, para Grijalva, es otra forma de adicción.
Cabe destacar que el ansiolítico es un tranquilizante para las personas con ansiedad, angustia y desesperación, pues disminuye la frecuencia cerebral. Mientras que el antidepresivo es totalmente lo contrario, es decir, es un excitador o estimulante cerebral, “a su manera los dos actúan en la sinapsis neuronal y llegan a ser adictivos”.
Aunque todo galeno, desde el momento en que tiene una cédula profesional, cuenta con la capacidad de recetar estos fármacos, una gran cantidad de médicos familiares no lo hacen debido a la falta de estudios en sicología o psiquiatría, “creo que todo mundo puede hacerlo pero responsablemente”, ya que antes de recetar un medicamento de este tipo debe conocerse primero la psicopatología e informarse sobre el paciente.
A pesar de que no es complicado diagnosticar la ansiedad, ésta a veces se oculta detrás de padecimientos como dolores de cabeza o cuerpo cortado, sin embargo “con un poco de interrogatorio inteligente y bien dirigido” se logra saber que ese dolor es un distractor y de fondo lo que hay es ansiedad.
A su vez, Grijalva destacó que ningún medicamento está libre de efectos secundarios, aunque bien manejado se reduce al mínimo, por ejemplo, los ansiolíticos ocasionan somnolencia, torpeza motora, dificultad para conducir y problemas de memoria; los antidepresivos pueden provocar agitación y aceleración así como insomnio.
Ambos medicamentos son un buen atenuante, mas no resolverán la problemática en el estado, así lo señaló el psicoterapeuta, puesto que una persona con ideas suicidas no se olvidará de ellas con la toma de antidepresivos; se deberá combinar los dos medicamentos con psicoterapia.
Finalmente lamentó mucho la situación, ya que en su opinión profesional esta posición de la Secretaría de Salud será perjudicial para la población, “esto ya lo vivimos en las instituciones de seguridad social” en años pasados, ya que los médicos familiares fácilmente prescriben tranquilizantes de este tipo sin resolver ningún caso.
Por lo tanto, la solución a ésta problemática recae en considerar tener más manejo del tratamiento psicoterapéutico, “en vez de recetar, que aprendan a hacer psicoterapia” destacó Grijalva.
Foto: Gilberto Barrón